La Consejería de Educación propone a la comunidad educativa una semana de vacaciones alrededor del día 1 de noviembre, festividad de Todos los Santos, para el próximo curso escolar 2018-19. Se trata de compensar un primer trimestre excesivamente largo, de al menos 67 jornadas lectivas. Serían días de vacaciones, según ese primer borrador de calendario escolar que maneja la Administración y que ya tienen los sindicatos sobre la mesa, el 29, 30 y 31 de octubre (lunes, martes y miércoles) y el 2 de noviembre, viernes.

El primer trimestre del próximo curso tiene algunas singularidades. El 12 de octubre, Día del Pilar, cae en viernes y por tanto no hay posibilidad de "puente". El día 6 de diciembre, La Constitución, llega de jueves, y el Día de La Inmaculada, cae en sábado. En buena lógica el viernes que hay por el medio es jornada no lectiva pero no se forma ningún "puente" festivo especial.

Convertir la semana de Todos los Santos en no lectiva no supone que los escolares asturianos vayan a tener más días de vacaciones durante el curso, sino que esa semana se compensará a lo largo del curso. La Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) pone una condición a todas las comunidades autónomas, y es que el número mínimo de jornadas lectivas durante el curso tiene que ser de 175. Cada autonomía las gestiona como quiere. En este curso hubo diferencias de hasta diez días en el inicio de las clases en las enseñanzas del régimen obligatorio.

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Como se recordará la Junta de Personal Docente había planteado hace dos cursos un cambio sustancial en el sistema de descansos escolares, adaptando la realidad asturiana al llamado calendario europeo, que consiste en siete semanas lectivas y una de vacaciones. Sirve para compensar los tres trimestres pero no contó con el respaldo de las familias, por lo que los sindicatos retiraron la propuesta sin más controversia.