La Federación Socialista Asturiana (FSA) tiene deberes por delante con el asturiano. La dirección, que lidera Adrián Barbón, se afana en buscar una fórmula de cooficialidad que no castigue en las urnas y que, al mismo tiempo, permita cumplir con la resolución aprobada en el congreso regional, que por primera vez ha incorporado su visto bueno al máximo reconocimiento institucional de la llingua, mediante una reforma del Estatuto de Autonomía.
El comité autonómico celebrado hace nueve días permitió constatar la preocupación e inquietud existente en las filas socialistas por el peso que la iniciativa de la cooficialidad pueda ejercer en la campaña electoral de 2019. Será la primera vez que los socialistas asturianos concurran a unas elecciones autonómicas con un respaldo nítido a la oficialidad del asturiano en su programa.
El consejero Fernando Lastra, el portavoz en el ayuntamiento de Gijón, José María Pérez, el exconsejero Francisco Blanco y el secretario general de la agrupación de Avilés, Luis Ramón Fernández Huerga, trasladaron en el seno del comité su posición y, en algún caso, su inquietud por el giro dado por la FSA en su último congreso, rompiendo la postura tradicional del socialismo asturiano sobre la cooficialidad. Hay cierto temor a que la polémica que pueda levantar un asunto tan conflictivo como la cooficialidad pueda tapar en la campaña electoral otras cuestiones vertebrales como el empleo o las políticas sociales.
No a la consulta interna
El comité autonómico también permitió constatar las reticencias a la celebración de una consulta interna entre los afiliados de la FSA para que se pronuncien sobre la conveniencia de apostar por la cooficialidad en el programa electoral. El argumento, suscrito por la dirección regional, es que la resolución sobre la cooficialidad fue aprobada en el congreso autonómico. En una de las intervenciones se puso como ejemplo la variación que ha experimentado la resolución aprobada en el congreso federal sobre las primarias abiertas a la ciudadanía que, finalmente, tras llevarla al reglamento, ha quedado modulada de forma que sean las direcciones federal o regional las que puedan decidir si esa votación se abre al conjunto de los ciudadanos interesados. Pero fue el propio Barbón quien recordó que la propuesta sobre esa consulta ya había salido derrotada en el cónclave autonómico. El secretario general de la FSA reconoció la necesidad de abordar cómo se gestiona la resolución del congreso y cómo se refleja en el programa porque, admitió, "no vale cualquier cooficialidad". https://www.lne.es/asturias/2018/04/26/zapatero-abraza-cooficialidad-asturiano-hay/2275930.htmlEse mismo comité autonómico sirvió, además, para conocer de primera mano que la dirección de la FSA está a la búsqueda de un modelo que permita encajar el cumplimiento de la resolución del asturiano sin generar un conflicto, primero en clave interna y que luego pueda pasar factura en las urnas cuando voten no sólo los militantes sino el conjunto de la ciudadanía. La secretaria de Organización, Gimena Llamedo reivindicó semanas atrás una cooficialidad "a la asturiana", sin imposiciones. Todo apunta a que el nudo gorgiano estará en el impacto que la cooficialidad pueda tener sobre la obligatoriedad de estudiar asturiano, una cuestión que el PP tratará de rentabilizar en la campaña electoral.
