Izquierda Unida aprobará el próximo sábado las bases del acuerdo que aspira a cerrar con Podemos para confluir en las elecciones europeas, autonómicas y municipales de 2019 y, entre otras cosas, fija la condición de que su nombre aparezca en las marcas de las alianzas que se formen, en el caso de que no sea posible pactar un nombre "común" en el que todos los actores se vean representados.

Este planteamiento no discrepa del expresado por la mayoría de la coalición en Asturias, poco partidaria de alianzas con Podemos y en ningún caso favorable a que las siglas de IU se diluyan.

Así consta en el borrador del documento 'Bases para la confluencia electoral 2019', que el coordinador federal, Alberto Garzón, llevará este sábado a la reunión de la Asamblea Político y Social (APyS) --el máximo órgano de dirección de IU entre congresos--, y que recoge las principales demandas que la coalición de izquierdas está negociando con Podemos.

La marca "Unids Podemos", descartada

IU lleva meses reclamando más visibilidad a Podemos y hace tiempo que dejó claro que no aceptaría reeditar en las próximas elecciones de 2019 la marca 'Unidos Podemos' que constituyó con el partido morado para las generales de 2016 --y que da nombre al grupo parlamentario--, al considerar que no refleja su identidad lo suficiente.

Además, después de que el líder de Podemos, Pablo Iglesias, pusiera en marzo como condición para confluir que el nombre de su partido figurara en las marcas electorales de las confluencias, Garzón planteó la posibilidad de pedir lo mismo para IU.

"Izquierda Unida cree que cualquier proceso de confluencia debe tener una marca que represente adecuadamente a las partes integrantes a fin de que sean reconocidas como tales por el electorado", defiende ahora la dirección de IU en el documento que aprobará con toda probabilidad la Asamblea Político y Social este sábado.

Descartado el nombre de Unidos Podemos, la formación de Garzón abre la puerta a buscar un nuevo "nombre y marca común con el que se sientan interpeladas todas las fuerzas políticas que forman parte". Eso sí, añaden que en el caso de que esto no fuera posible porque "existan distintas propuestas que dificulten encontrar una denominación común", defenderán "que los nombres de las organizaciones políticas estén presentes para representar a los diferentes actores".

De este modo, IU pone por escrito y blinda mediante un mandato de su dirección la condición de que su identidad se refleje en la denominación de las alianzas, al igual que hizo Podemos hace un mes y medio, cuando sus bases aprobaron en la mencionada consulta la propuesta de Iglesias de que su marca figure en las papeletas.

La cuestión del nombre es una de las más espinosas de la negociación que IU y Podemos iniciaron hace meses para elaborar un "acuerdo-marco" o "esquema" que sirva de guía para desarrollar sus alianzas electorales en los distintos niveles territoriales. De hecho, aunque la previsión era tener listo dicho acuerdo para este mes, todavía quedan por cerrar los últimos flecos, según explican ambas organizaciones.

Por ello, IU no podrá llevar a su reunión de este sábado el acuerdo cerrado, tal y como tenía previsto y, en su lugar, la dirección aprobará un documento que recoge gran parte de las cuestiones ya negociadas con Podemos e incluye algunos puntos que, a falta de cerrarse, consideran fundamentales.

"Tras meses de conversaciones con diversas fuerzas políticas y sociales, IU reafirma su apuesta clara por la más amplia confluencia en estas citas electorales, y se ratifica en su llamamiento a otras organizaciones políticas, candidaturas de unidad popular de ámbito municipal y movimientos sociales para articular una alternativa", afirma IU en el documento.

En esta línea, el primero de los "elementos esenciales" que incluyen en su "modelo de confluencia" es su "determinación de seguir construyendo el bloque histórico del cambio", para "ampliarlo" más allá de las organizaciones que ya conforman el grupo parlamentario de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea, "a otras muchas fuerzas y plataformas municipales hermanas".

Entre esas cuestiones "esenciales" está la relativa al nombre y, además, la necesidad de que todas las organizaciones participantes "garanticen" que, "tanto en el proceso electoral como en el desarrollo post electoral de los grupos institucionales, se compartan de forma adecuada todos los espacios y recursos de modo que se salvaguarde la visibilidad y se fortalezca a dichas organizaciones".

Asimismo, la coalición de izquierdas defiende en su escrito su apuesta por celebrar primarias conjuntas para configurar las listas definitivas de las confluencias que se formen en los municipios; una condición ante la que Podemos se muestra reacio y que sólo prevé aceptar en determinadas excepciones.

"Para facilitar la elaboración de candidaturas en un importante número de municipios, y si así lo acuerdan las diferentes organizaciones participantes, se buscará llevar a cabo primarias conjuntas apostando por sistemas lo más proporcionales posibles", defienden.

En otro de los puntos, IU deja clara su "apuesta" por conformar candidaturas unitarias "que impulsen el proceso de cambio en el conjunto del país", aunque señala que, "en todo caso, la decisión última de los posibles acuerdos autonómicos corresponderá a los mbitos territoriales".

También hacen referencia al acuerdo que sí han cerrado ya con Podemos para adoptar, como norma general, la fórmula de coalición electoral en las alianzas. "La coalición electoral representa la fórmula más adecuada para expresar nuestra unidad sin renunciar a la diversidad", afirman.

Además de este documento de bases para la confluencia, la dirección de IU tiene previsto aprobar este sábado la declaración política 'Hacia las elecciones de 2019: Participación, programa y primarias', con la que fijan el calendario para celebrar sus propias primarias --entre junio y octubre-- y comenzar a diseñar sus propuestas electorales.

Asimismo, la llamada Asamblea Político y Social iniciará el proceso para reformar los estatutos del partido; proceso que culminará en el mes de julio, y que ha generado gran malestar en algunos sectores de la organización, que acusan a la dirección de querer "centralizar" la organización y restar poder a las federaciones.