"Vacía de la emoción" pero "muy llena por tanta compañía". Las dos frases resumían ayer el estado de ánimo de Josefa Sanz Fuentes, a la que unas cuantas universidades y un montón de amigos rindieron un homenaje con motivo de su jubilación.

Quien conoce a Pepa Sanz, catedrática de Ciencias y Técnicas Historiográficas de la Universidad de Oviedo intuye que la suya va a ser una jubilación relativa. Tres de sus alumnos de Paleografía y Diplomática (3º curso) reconocen que "tiene más juventud que nosotros, es enérgica y sabia, y con ella siempre hay que tener el boli preparado".

Para empezar, aceptará el estatus de profesora emérita honoraria, sin carga lectiva pero con capacidad para dirigir investigaciones y tesis. En el público que llenó el Aula Magna de la Universidad se encontraba Mariví Monteserín, alcaldesa de Avilés, ciudad de la que Pepa Sanz es cronista oficial. Y muchos compañeros de la homenajeada que llegaron de universidades de Oporto, Murcia, Sevilla y la UNED. También dos religiosas de las Pelayas, que trabajaron codo con codo con Pepa Sanz durante décadas. Sor Covadonga es responsable del Archivo y sor Rosario, de la restauración. "Ellas sí que saben", exclamó la profesora Sanz después de saludarlas.

Un brazo largo

Todo fueron elogios. A Pepa Sanz le cayó una especie de chaparrón de ellos, comenzando por los que le dispensó el rector Santiago García Granda: "Una investigadora de talla internacional, maestra de las Ciencias Historiográficas y apasionada por Asturias, la Universidad y por la Historia".

"Me gustaría poder tener brazos capaces de alargarse en el espacio y abrazaros así a todos", dijo emocionada María Josefa Sanz, que pidió a todos los que ayer la arroparon "que me ayudéis a iniciar una nueva película en mi vida", que seguro que tendrá como argumento muchas caminatas por el Camino de Santiago -ella es peregrina vocacional-, mucha transcripción de actas medievales en Avilés y alguna inevitable incursión en cuestiones investigadoras pendientes, que las tiene.

El profesor de Ciencias Historiográficas de la Universidad Pablo Olavide (Sevilla), Antonio J. López, conoció como alumno a Pepa Sanz en Sevilla, una asturiana en el mundo "paradógico y dual" sevillano, primer destino profesional de la catedrática homenajeada. "Sus clases eran un prodigio de claridad, me enseñó a mirar todo lo que encerraba un documento, y el silencio de esos documentos se volvían locuaces cuando Pepa me ayudaba".

¡Queremos más!

El decano de Filosofía y Letras, José Antonio Gómez y el director del Departamento de Historia, Miguel Calleja, recordaron la "generosidad como pocas" de Sanz. Calleja recordó que "nos enseñó a leer inscripciones imposibles, y a entender lo que había en la parte de 'atrás' de los documentos". Acabó con una interpelación directa a la profesora jubilada: ¡Queremos más!

El libro homenaje, explicó la catedrática de Ciencias Historiográficas de la Universidad de Sevilla, Pilar Ostos, reúne 37 aportaciones científicas de Pepa Sanz Fuentes, resultado "de su extraordinaria capacidad de transmisión de conocimiento".