A la primavera le está costando hacerse ver plenamente en Asturias y, sin embargo, ya es un placer perderse por alguna de sus carreteras secundarias para descubrir nuevos rincones donde descansar de la semana y emocionar la vista y el espíritu. Eso sucede cuando, en el concejo de Belmonte de Miranda y en la carretera (más o menos a la altura de Alvariza y a menos de un kilómetro de la capital del concejo) decidimos desviarnos a la derecha, en el caso de ir desde Oviedo, por la AS-310 en dirección a las poblaciones de Tuña y Boinás.

Mucho antes de llegar a estos destinos lo que se va descubriendo es un paisaje que, a medida que se asciende, y sobre todo para disfrute del que acompaña al conductor en este viaje, se va abriendo camino del cielo y mostrando pueblos, brañas, bosques y lomas tras cada nueva curva. Ahora bien, la naturaleza es mejor disfrutarla caminando y un buen paseo es desde la entrada a esta braña, pasando junto a una cabaña que pertenece al pueblo de Carricedo, hasta llegar al alto de la braña de Las Estacas, donde, además de un ganado que ya empieza a poblar los pastos, se puede contemplar una inmensidad digna de fotografiarse, se mire donde se mire.

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