El arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, ofició ayer la eucaristía por el Día de la Familia en Covadonga, donde cuestionó la decisión del Congreso de los Diputados de dejar la puerta abierta a despenalizar la eutanasia.

Montes lamentó que la proposición de ley remitida por el Parlamento de Cataluña para reformar el Código Penal y permitir el suicidio asistido fuera admitida a trámite porque, a su juicio, sólo atiende a "intereses económicos " y "supone una amenaza para la vida de un enfermo". "Los cristianos jamás nos encarnizamos con las personas que lo están pasando mal, las acompañamos con dignidad y respeto", matizó.

El máximo representante de la Iglesia asturiana tuvo palabras de consuelo para las familias que pasan apuros económicos o de cualquier otro tipo para sacar a sus hijos adelante, así como para las mujeres que sufren abortos de forma natural.

Sanz, mayor de ocho hermanos, profundizó durante la homilía en Covadonga sobre el significado que para él tiene la familia. "Por estudios viví fuera de España en Italia, Austria, Francia y sentía dolor lejos de casa porque al regresar me sentía querido, nunca un intruso. A pesar de mis defectos, mis padres me acogieron dándome las herramientas humanas y cristianas necesarias para hacerme un hueco en la vida", relató.

Políticas de conciliación

Su discurso fue seguido atentamente por fieles como Paco Martínez, padre de nueve hijos, quien puso en valor el "buen ambiente" de la celebración. Martínez, vecino de Oviedo, echa en falta más políticas dirigidas a favorecer la conciliación familiar y laboral de los progenitores.

A primera hora inició una marcha a pie desde Muñigu hasta el Real Sitio. Presidía la comitiva el delegado episcopal de familia, José Luis Pascual, quien resaltó la importancia de peregrinar a Covadonga para ganarse el jubileo.

Tras la bendición de los niños en la basílica de Covadonga, los feligreses disfrutaron de talleres artísticos que consistieron en la elaboración de una pulsera con la historia del Real Sitio o de pintura y grabados con la Santina como protagonista. El programa concluyó con una comida de confraternización y un espectáculo de magia, a la que siguió una visita a la Santa Cueva para hacer una ofrenda floral a la Virgen de Covadonga.