En plena marejada interna por el encaje de las federaciones territoriales en la estructura federal de Izquierda Unida, la coalición dio ayer salida al procedimiento de reforma de sus estatutos, la madre del cordero, o una de ellas, en el conflicto que les vuelve a tener fracturados en Asturias. La Asamblea Político y Social, máximo órgano entre congresos, aprobó la hoja de ruta hacia la confluencia y abrió el trámite de discusión de la renovación estatutaria, que culmina el 14 de julio tras la presentación de enmiendas desde las federaciones y que bulle de fondo en el debate sobre la autonomía jurídica, económica y patrimonial que ha soliviantado a una parte de la federación asturiana.

En una tentativa de clarificar los frentes tras la tormenta que siguió al encuentro del viernes entre el coordinador federal, Alberto Garzón, y el asturiano, Ramón Argüelles, el secretario de organización de la coalición en Asturias, Alejandro Suárez, quiso dejar claro que la dirección de IU "no contempla, ni como hipótesis, renunciar a su soberanía jurídica y a sus estatutos".

Línea roja

La frase tiene como contexto el encuentro de Garzón y Argüelles que levantó las iras de una parte del partido contra éste por una supuesta tibieza y cierta claudicación en la defensa de la "línea roja" intocable de la independencia de la federación asturiana, de sus estatutos diferenciados y su autogestión económica. Desde la dirección, y hablando en nombre del organismo que lidera Argüelles, se entiende que sencillamente no es posible proteger la autonomía jurídica de IU de Asturias dentro de unos estatutos comunes, como plantea Garzón, y se ve incompatible "defender una España federal desde una organización que no lo es". Suárez apunta como "un grave error conceptual" que Garzón denueste y pretenda eliminar los "contrapoderes", cuando sus planteamientos encajan mejor en la categoría de los "órganos de control y contrapeso a poderes ejecutivos".

Estatutos

Sólo se garantiza la autonomía, continúa, mediante el blindaje de los estatutos propios. La autonomía de funcionamiento es la respuesta exclusiva, remata, a la pregunta por la fórmula para mantener "la independencia, también frente a otras fuerzas políticas".

Los dirigentes asturianos afines al coordinador general rechazan el debate "tergiversado" y la "polémica interesada" y confluyen en que "ni la identidad ni la autonomía política de IU de Asturias han estado nunca en entredicho". Sara Paz Suárez, concejala en Corvera, desliga conceptos y afirma que "para nada un cambio en la personalidad jurídica de IU de Asturias supondría una recentralización". Sostiene que "la autonomía política de los territorios es clara" y se acoge a la tesis de que "ahondar en la unidad jurídico-administrativa de la organización es beneficioso, los militantes tendrán una mayor capacidad de decisión". La edil lamenta que el debate se sustancie fuera de los órganos habilitados, con algunos que hacen declaraciones anónimas y otros, cita a Gaspar Llamazares, que ayer "ni siquiera acudieron a los organismos de los que forman parte".

Juan José Fernández, coordinador de IU en Avilés, espera que el encuentro de Argüelles y Garzón sirva "para superar de forma definitiva las tergiversaciones y malos entendidos en la relación entre IU federal y la federación asturiana". "Nada se decide en Madrid", precisa; "todo este proceso de confluencia y organización interna va a ser ratificado por los afiliados de todo el país a primeros de julio", de suerte que el debate es también a su juicio estéril y evitable. De un lado, "las decisiones cupulares nunca fueron un proyecto de la izquierda"; de otro, "es lógico que se decida a nivel federal de qué forma se presenta IU a las elecciones generales, pero es y siempre será Asturias quien tome esa decisión respecto a las autonómicas". Ayer, la asamblea dio de paso una hoja de ruta hacia la confluencia que consagra la decisión de cada territorio y la coalición como modelo.