Los trabajadores de la enseñanza concertada en Asturias cargaron ayer contra la diputada de IU Concha Masa, por sus críticas "sectarias" al sector en una intervención parlamentaria. Masa calificó a los centros privados de "rémora del sistema educativo", "proselitistas" y partidarios de segregar, además de acusarlos de "mantener actitudes discriminatorias de tipo machista para sustentar las tradiciones patriarcales". La andanada de Masa se enmarcó en el debate de una iniciativa del PP sobre la equiparación salarial entre la enseñanza pública y la concertada.

Juan Luis González, secretario general de la Organización de Trabajadores de Enseñanza Concertada de Asturias (Otecas), recalcó que este sistema educativo se desarrolló para responder "al derecho constitucional de los padres para elegir el tipo de educación que mejor consideren para sus hijos". Argumentó, además, que la enseñanza concertada está prevista y regulada en las sucesivas leyes educativas, incluida la de 2006, "que aprobó el PSOE con votos de IU".

González consideró indignante que la diputada Masa negase que los colegios privados se hagan cargo de alumnos con necesidades educativas especiales: "Los hay en la misma medida que en la enseñanza pública".

El secretario general de enseñanza de USO, Adolfo Congil, atribuyó las palabras de la diputada de IU a "un desconocimiento absoluto": "Es un discurso totalmente fuera de lugar, que deja a los trabajadores de la enseñanza concertada como si fuéramos unos parias", recalcó. Congil apuntó que el convenio del colectivo de trabajadores de la concertada en Asturias es "de los más bajos" respecto al conjunto de España.

"Una pataleta"

Jesús Llavona, secretario de organización de la Federación de Sindicatos Independientes de Enseñanza (Fesie), contraargumenta sobre otra afirmación de Masa: la de la segregación entre sexos. "No es la realidad de los centros de educación concertada en Asturias, ya que de los sesenta que somos, sólo hay dos" que separan alumnos y alumnas. Los representantes sindicales creen que la parlamentaria de IU sufrió "una pataleta" contra la reciente sentencia del Constitucional que rechaza que la educación diferenciada por sexos sea discriminatoria.