"La rectificación tenía que llegar, aunque sea tarde y con consecuencias ya irreparables para los médicos que nos tuvimos que jubilar a los 65 años". José Luis Álvarez-Cofiño Suárez es, a sus 72 años, cirujano cardiaco y torácico en el Centro Médico de Asturias. Cuando tenía 65 le obligaron a jubilarse en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), una medida que criticó abiertamente junto a otros compañeros que ahora ven cómo el tiempo les da la razón, asegura.
"Lo hicieron todo muy mal. Fue totalmente desastroso. Tenían todos los datos, y por lo que se ve, no hicieron ninguna planificación. Hubo médicos a los que el mismo día en que cumplían los 65 años les comunicaron que ya no volvieran", asegura Álvarez-Cofiño, quien además era profesor asociado en la Facultad de Medicina de la Universidad de Oviedo y de un plumazo tuvo que dejarlo todo. "Había iniciado el curso con mis alumnos haciendo las prácticas y en marzo, nada más que cumplí los 65 años, me dijeron que no podía continuar. Así que luego tuvieron que hacer la parte teórica con un profesor al que no conocían. Ni siquiera pudimos completar el curso".
La decisión del Principado de jubilar a los médicos con 65 años creó, además, agravios comparativos con los que habían podido continuar más años, ya que les provocó un perjuicio económico en sus pensiones.
Como cirujano en activo sigue operando, aunque asegura que existen técnicas nuevas cuya aplicación "hay que dejársela a los jóvenes". Pero reivindica que "los conocimientos y la experiencia se pueden aprovechar para formar a los especialistas".
