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25 años del escándalo que tumbó a un Gobierno

El gobierno de Felipe González, al tanto del plan asturiano, pudo evitar el "Petromocho"

El Ministerio de Hacienda, que dirigía Carlos Solchaga, prometió ayudas de más de 600 millones de euros pero tampoco comprobó la operación

el papel que engañó al principado.

El "Petromocho" se convirtió en la mayor crisis institucional del Principado por la falta de las más mínimas cautelas del Ejecutivo socialista que mandaba en Asturias hace 25 años pero también por la omisión y dejadez del Gobierno central, que tuvo margen para evitar el engaño de la petroquímica. El Gobierno de Felipe González estaba al corriente de los planes para construir un complejo petroquímico entre Gijón y Carreño desde dos meses antes de que se anunciase la operación, antes incluso de que conocieran esa operación la mayoría de consejeros del Gobierno asturiano. No sirvió de nada.

La Presidencia del Principado envió el 13 de abril de 1993 un fax al Ministerio de Economía y Hacienda, en Madrid, con información del precontrato suscrito dos semanas entre el Saudí International Bank y la sociedad Astur Petróleos S.A, para poner las bases del "proyecto Asturcón". El complejo constaría de cuatro plantas de refinería, petroquímica y subproductos, supondría una inversión de 366.000 millones de pesetas (unos 2.200 millones de euros), y generaría entre 800 y 1.000 puestos de trabajo directos entre 1994 y 1998. Un golpe de efecto del gobierno de Juan Luis Rodríguez Vigil en una Asturias que buscaba desesperadamente multinacionales y grandes inversores industriales con los que dar respuesta a las duras reconversiones en los sectores del naval y la minería que, además, llegaba en medio de la campaña electoral de las generales. Habían fallado otros intentos para proyectos similares con Qatar y Panoco, en los que había participado como mediador Juan Blas Sitges, y había prisa por amarrar buenas noticias.

De aquellos planes fueron partícipes en aquella misma fecha, Pedro Pérez, por entonces secretario de Estado de Economía del ministerio que dirigía Carlos Solchaga y el asturiano Luis Martínez Noval, Ministro de Trabajo hasta el final de aquella legislatura. El consejero de Industria, Víctor Zapico, no se percató del engaño protagonizado por Lauze, que se presentaba como presidente de la compañía Kyntire Sales Limited, con sede en Irlanda en nombre del Saudi International Bank. Pero nadie en el Gobierno central levantó siquiera un teléfono para comprobar la seriedad y viabilidad de una operación para la que, en cambio, sí había garantizado al Principado nada menos que 108.000 millones de pesetas (equivalente a algo más de 649 millones de euros) en ayudas públicas para favorecer su viabilidad. Increíble pero cierto en la España post 92, donde ya empezaba a acuñarse el término de "la cultura del pelotazo". Para el capítulo de las anécdotas queda que sólo tres días después de estallar el Petromocho, se estrenaba en uno de los cines, que por entonces, abundaban en el centro de Oviedo la película "Pelotazo nacional", de Antonio Ozores. que compartía cartelera con otros títulos como "Semos peligrosos- Useáse Makinavaja-2"; "Un día de furia" de Michael Douglas; "Sin escape" de Jean Claude Van Damme, "Sin perdón", de Clint Eastwood o "¡Viven!".

La mayor parte del Gobierno asturiano no se enteró hasta varias semanas después, ya en el mes de mayo, de aquel plan en ciernes para la construcción de una gran petroquímica en los concejos costeros de Gijón y Carreño. El consejero Bernardo Fernández se enteró por una confidencia del propio Vigil en Alles (Peñamellera Alta) sólo nueve días antes de la firma del anuncio oficial por parte del Gobierno asturiano.

El presidente del Principado, Juan Luis Rodríguez-Vigil acabó dimitiendo aunque Felipe González le aconsejó que no lo hiciera, pues a su juicio era suficiente con el cese del consejero de Industria, Víctor Zapico dado que, al fin y al cabo, no había habido quebranto ni perjuicio económico para las arcas del Principado. Así lo aseguraba un informe del Gobierno asturiano, fechado el 7 de junio de aquel año, cuando Vigil ya no era Presidente, que iba firmado por el consejero de Interior, Bernardo Fernández, y por el consejero de Hacienda, Avelino Viejo. "Hice lo que debía hacer, no me arrepiento", declaró a LA NUEVA ESPAÑA Juan Luis Rodríguez Vigil el pasado martes, cuando están a punto de cumplirse 25 años de un caso que puso contra las cuerdas a un gobierno autonómico. El asturiano Luis Martínez Noval no repitió como ministro en el último gabinete de Felipe González, que ganó aquellas elecciones de 1993 también en Asturias. Pero lo peor para el PSOE estaba por venir, porque el Petromocho le pasó factura en las elecciones autonómicas, dos años después, que ganó el PP.

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