Javier Fernández volvió a negarse a admitir más rebajas fiscales, y decidió hacerlo esta vez previo envío del debate sobre los impuestos al territorio de la próxima negociación de la financiación autonómica. En la sesión bisemanal de escrutinio de la oposición al Presidente en la Junta, la portavoz del PP, Mercedes Fernández, había retomado el camino hacia la supresión del impuesto de sucesiones, había reconvertido en petición su pregunta a Javier Fernández y le había emplazado a "pedir perdón" por los perjuicios de aquel "error de salto", tendiéndole además una mano que quedó en el aire: "Le ofrezco un pacto presupuestario para 2019 a cambio sólo de eliminar el tributo". No. Respondió el Presidente que "esa negociación no incluirá una disminución adicional de impuestos".

El jefe del Ejecutivo autonómico anticipó su negativa, pero antes criticó de la presidenta popular su reiteración en la demanda, "esa matraca suya que interpreta como hacer política", y guió la discusión sobre los impuestos hacia el puerto más seguro de la financiación autonómica. Y ya que su antagonista popular había recitado la lista de las regiones que han bajado más que Asturias o han suprimido ya el tributo sobre las herencias, el Presidente recargó el arsenal argumentativo hablando del reparto de la financiación y de la negociación interautonómica pendiente. Las autonomías que bajan impuestos lo hacen, dijo, y citó Madrid, "pero no sólo", aprovechando que su "recaudación real es inferior a la normativa".

Se valen, traduciendo, de su capacidad de legislación fiscal para rebajar impuestos, pero ese no es sólo su problema, porque según la interpretación de Fernández después vendrán a pedir más recursos en la negociación de la financiación autonómica. Y eso sí que no. Es eso lo que Asturias rechaza por "inoportuno", ese el mensaje que el Presidente quiso dejar al pasar ayer, respondiendo a la vez al PP por los impuestos y a IU sobre financiación autonómica. Fue en este punto en el que el portavoz de la coalición, Gaspar Llamazares, le pidió "mimar las mayorías", y en el que Fernández prometió no defender ninguna posición en Madrid antes de recabar el acuerdo de la cámara. El resto es otra demanda a Mariano Rajoy de convocatoria inmediata de la apertura de la discusión y otra vez la certeza de que el debate será complejo, de que "hay muchos intereses solapados" y "no están tan nítidas las posiciones entre comunidades autónomas".

La deuda de Sogepsa

Hiló el Presidente su respuesta al PP con la réplica a IU. Hiló también la forista Cristina Coto la deuda de Sogepsa con la incapacidad del Gobierno para suprimir el impuesto de sucesiones. Aprovechó además Javier Fernández su contestación a Foro para escribir un capítulo no tan nuevo de sus enemistades con Coto. Una vez que la forista le hubo recordado antiguos rifirrafe, el Presidente abrió su réplica con un elocuente consejo: "Haga como yo, cuando uno está acabado a plazo fijo en política, debería asumirlo". Al llegar al fondo de la cuestión, a la situación económica de la sociedad mixta de gestión del suelo, Fernández y Coto discreparon sobre la dimensión de la deuda -192 millones ella, 164 él- y el jefe del Ejecutivo regional hizo suyo el argumento de su consejero de Infraestructuras sobre la vehemencia con la que antes de la crisis del ladrillo se pedía el suelo industrial que ahora está vacío y pesa como una losa sobre las cuentas de Sogepsa: "Entonces había unanimidad en sindicatos, partidos, patronal, ayuntamientos y Gobierno".

Javier Fernández le anunció a Coto el mismo calificativo que luego emplearía con el portavoz de Podemos, Emilio León. Acusó a ambos de ser "nihilistas puros", que critican sin exponer alternativas y a León también de sectarismo por no respetar como él la opinión contraria a la oficialidad del asturiano del presidente de la patronal, Belarmino Feito. A León, que pidió cuentas por la desigualdad y las precariedad laboral, sólo le reconoció que "domina la escena". Por lo demás, coincidió en el fondo de su rechazo a "la dualidad que existe entre quienes tienen un trabajo homologable y los que trabajan por salarios que parecen propinas" y esquivó sus acusaciones de "minimizar la corrupción".

Para entonces, ya Nicanor García (Ciudadanos) había incluido a los autónomos en el cuerpo a cuerpo dialéctico con el Presidente. Fernández defendió sus medidas de apoyo al colectivo frente a las recriminaciones del diputado por situar a Asturias a la cabeza de las regiones que más autónomos perdieron en 2017 y volvió a diciembre para afearle su rechazo al proyecto de Presupuesto.

Sobre el futuro de las térmicas, Fernández reincidió en su pretensión de dar al Gobierno "la última palabra" y de que miren "los cierres agrupados. Lo que incide en el precio de la electricidad no es el cierre de una central, sino el del conjunto".