La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

25 años del "Petromocho"

Lauze, un personaje novelesco,"un Quijote" según las conclusiones de la Fiscalía asturiana

El único condenado por el "Petromocho", fallecido en Valencia hace años, pagó a sus abogados en francos franceses

Maurice Jean Lauze, en una imagen de archivo.

Maurice Jean Lauze era un personaje novelesco, "un Quijote", según concluyó el fiscal jefe de Asturias, Rafael Valero Oltra, tras el juicio que duró cuatro horas y media para dar carpetazo a una investigación rápida, con planteamiento, nudo y desenlace en poco más de un año. Un tiempo récord para lo que ese estila en instrucciones judiciales con ramificaciones políticas.

Las investigaciones policiales acreditaron que Lauze, fallecido hace varios años en Valencia, había sido teniente coronel del OAS, la Organización del Ejército Secreto francés, una banda de extrema derecha que se creó por la guerra de Argelia, en los años sesenta. El alegato final del fiscal jefe de Asturias en los años noventa resulta de lo más elocuente: "El señor Lauze no es un estafador aunque pudiera parecerlo por todo el montaje posterior. El informe médico revela que tiene una personalidad extrovertida, narcisista, propia de un soñador. Lauze es un Quijote , capaz de atravesar por una situación económica nada boyante y, a la vez, soñar con grandes empresas que en otras épocas ha intentado o ha podido consumar", sostuvo Valero Oltra en aquel juicio, donde pidió para el único acusado del "Petromocho" una condena de cinco años de prisión por falsedad continuada, que la magistrada María Luisa Barrio dejó rebajó a un año en su sentencia y al pago de una multa de 250.000 pesetas (equivalente a tres mil euros actuales, con la evolución del IPC).

Pero ni pisó la prisión ni abonó la multa. A quienes si pagó fue a sus abogados, "en francos franceses", según comentó a este periódico el letrado Francisco Fuente, compañero de despacho de Francisco Sánchez Tobar que fue quien le representó en la vista oral y pidió su absolución.

"No soy ningún soñador", rebatió Lauze en su alegato final. Siempre mantuvo que la macroinversión de 366.000 millones de pesetas para una refinería entre Gijón y Carreño se había ido al garete "por la indiscreción" del Gobierno regional al anunciar la operación. La embajada de Arabia Saudí admitió en la vista que uno de sus empleados, Alfonso Lázaro, falsificó los documentos para Lauze pero ni siquiera fue al juicio por su avanzada edad.

Compartir el artículo

stats