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Los colegios se unen a la lucha para detectar casos de violencia machista

El Principado prepara un primer protocolo para proteger a los menores víctimas de agresiones y también a aquéllos con problemas de identidad sexual

Igual que funciona un protocolo para la prevención del acoso escolar en el Principado, la Consejería de Educación prepara una normativa que regirá para la actuación e intervención de los docentes en casos de menores víctimas de violencia de género o problemas de identidad sexual. "Hasta ahora se ha venido actuando con corrección, pero con cierta inseguridad porque los profesores no sabían con quién tenían que hablar", sostiene Francisco Laviana, director general de Ordenación Académica en la Consejería de Educación.

Se trata de "instrucciones de intervención" en cuya elaboración han participado las autoras de la guía de violencia de género. El documento se encuentra en proceso de revisión con el objetivo de incorporarlo a la circular de inicio del próximo curso para que esté disponible ya en el mes de septiembre.

Así, los centros no universitarios deberán adaptar este protocolo para incluirlo en sus normas de convivencia, organización y funcionamiento, de manera que los docentes podrán así recoger las denuncias e informar a los órganos que correspondan de la situación de violencia sufrida por un menor o abordar conflictos de identidad sexual en los estudiantes.

La puesta en marcha de este protocolo se ha hecho coincidir con el lanzamiento de la asignatura de libre configuración de igualdad de género, para tercero de la Enseñanza Secundaria Obligatoria, que trata de prevenir comportamientos machistas e impedir que se perpetúen roles de género en las aulas de los colegios e institutos.

Con el nuevo protocolo de actuación para casos de violencia de género en menores se pretende establecer actuaciones de sensibilización, prevención, detección, intervención y, si fuera necesario, derivación a otras instancias como se ha hecho también con el acoso escolar. Con estas instrucciones se pretende que los profesores tengan orientaciones claras sobre los pasos a dar, así como garantizar la eficacia y diligencia en la aplicación de las actuaciones a realizar.

En cuanto al proceso de actuación ante una posible situación de violencia machista, se establece que tras la aplicación de las medidas inmediatas necesarias se recogerá una planificación detallada de las medidas a realizar a lo largo del proceso, incluido el seguimiento y la evaluación de las actuaciones realizadas.

"Hasta ahora no estaba definido qué hacer en los centros si una niña sufría violencia de género", indica el director de Ordenación Académica. Para garantizar el adecuado desarrollo de estas medidas y la unificación de criterios y procedimientos, se facilitará a los centros modelos de documentos de trabajo sencillos y concretos similares los que ya se recogen actualmente en la guía del Principado para prevenir la violencia machista.

El éxito de la aplicación de este protocolo parte del establecimiento de medias de sensibilización y prevención de la violencia de género -como se plantea en la asignatura de Igualdad recién lanzada-, pero, además, se ha querido hacer partícipe a toda la comunidad educativa de la mejora de la convivencia atajando desde el inicio situaciones de maltrato entre los escolares. Se trata, dice Francisco Laviana, de "organizar una nueva realidad social en los centros" y que los alumnos "no se sientan mal", asegura sobre las medidas a incluir para ayudar a los menores que puedan presentar un conflicto de identidad sexual.

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