Javier Lobón-Cerviá, investigador científico del CSIC en el departamento de Ecología Evolutiva, fue ayer el protagonista del acto organizado por Foro Asturias sobre la situación del salmón en Asturias, con la conferencia titulada "Un réquiem por los salmones, truchas y anguilas de Asturias. ¿Queda alguna esperanza de vida?".
- El título de su intervención incita a la preocupación.
-Es que la situación es para preocuparse. Es muy compleja y difícil, y es necesario tomar medidas, algunas drásticas aunque no le guste a muchos. Las condiciones medioambientales no han favorecido la reproducción de las especies.
- ¿Puede explicar por qué se ha llegado a esta situación?
-Asturias tiene su aquel. En el País Vasco han conseguido recuperar el río Oria, que era una alcantarilla, y ahora tiene salmones. En Asturias, sin acusar a nadie, lleva 30 años el mismo gobierno y no se ha preocupado de tener profesionales y equipos que controlen las cuencas de los ríos, los salmones y el resto de especies. El mayor problema es que se puede llegar a un punto sin retorno y habrá que esperar 20 años a que se recupere la población.
- ¿Qué medidas drásticas habría que adoptar para evitar este punto sin retorno?
-Es la administración la que debe decidir.
- Pero usted tendrá propuestas. ¿Puede apuntar alguna?
-Pues por ejemplo, vedar la pesca del salmón, al menos en algunos ríos por razones biológicas.
- Hay una polémica en Asturias sobre si se debe o no autorizar la venta de salmones. Con la situación que usted describe, ¿cuál es su opinión?
-Desconozco la legislación, y no sé hasta que punto un gobierno puede prohibir o no que se pesque en un periodo de tiempo, o con un determinado tamaño, etcétera. Y también me pregunto, desde un punto de vista jurídico, cómo se puede prohibir vender algo que es tuyo, de tu propiedad. Serán los juristas los que tengan que responder.
- Los ríos tienen mucho caudal, ¿es positivo para la reproducción del salmón?
-No. Tan mala es la sequía como lo contrario. En Asturias no llueve mucho, sino que lo hace de manera muy impredecible.
