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El Corpus saca los colores

Los alfombristas apuran los trabajos de recolección de flores y tintado para decorar las calles en la fiesta

El Corpus saca los colores

Las calles de Asturias se pintarán de colores en breve para celebrar el Corpus Christi, la fiesta de la Eucaristía en la tradición católica. No es sencillo ni se resuelve de un día para otro llenar de alfombras de flores, virutas o sal teñidas los principales rincones de pueblos y ciudades, una tradición que se sigue en numerosos lugares de España y que en el Principado destaca, por ejemplo, Castropol, donde la fiesta está declarada de interés turístico regional. De Oriente a Occidente hay muchos otros lugares donde apuran los preparativos de las alfombras sobre las que pasarán las procesiones, en algunos casos con los niños que han recibido la primera comunión este año.

Un ejemplo son el citado Castropol o Pravia, donde llevan desde febrero trabajando en sus diseños, en este caso de flores, virutas y sal. Los pravianos las lucirán el jueves, el día de la festividad, mientras que Castropol lo retrasa al domingo. En Pravia, si el tiempo acompaña -es obligatorio que no llueva para poder montar las alfombras de madrugada- desplegarán 180 metros de color y arte en las calles. "Llevamos meses trabajando y esperamos que haga buen tiempo, si no desluce la fiesta", comenta Olga Morán.

Como cada año, en la villa praviana los voluntarios se dividen en grupos, dirigidos por Emilio Álvarez, quien diseña las plantillas. "Todos los años tenemos diseños distintos y creo que este Corpus va a destacar una alfombra de la Virgen y otra con una custodia preciosa que representa la cruz en dorado con el fondo en rojo, será muy guapa", avanza.

Es un gran esfuerzo que merece la pena. Aunque reclaman la ayuda de más voluntarios. "Los jóvenes tienen que ir cogiendo el testigo; esto lleva trabajo porque es todo manual y vamos hoja por hoja, flor por flor, pero merece la pena porque lo hacemos bien", señala María Jesús Cuesta. Entre trabajo y trabajo, charlan y se divierten con anécdotas, y siempre hay un momento para el descanso y para disfrutar de un café y la merienda.

Por ahora van bien, explica Emilio Álvarez, aunque sabe perfectamente que los nervios y el estrés llegarán en la noche del miércoles, cuando comiencen a colocar las alfombras en la plaza de la Colegiata, la calle San Antonio y delante del Ayuntamiento, donde se realiza la bendición de Corpus. Los días vuelan y quedan apenas tres para acabar el trabajo.

Los castropolenses también trabajan contra reloj, aunque ellos tienen hasta el domingo. Los alfombristas tienen hoy mismo previsto recoger el grueso de la flor (rosas sobre todo), si bien la pasada semana recolectaron la conocida como pampillo, que guardan en bolsas en la nevera. El retraso en la floración, aparte de la meteorología, es su principal preocupación.

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