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"Estaba débil, exhausto, falto de preparación", dijo Wielicki del gijonés accidentado en el G2

El "Princesa de Asturias" aseguró en 2006 que él mismo había rescatado a Kiko Borja, algo "falso", según la expedición aragonesa

Un miembro de la expedición aragonesa de 2006, subiendo al Gasherbrum II, con el glaciar Baltoro al fondo. MAYENCOS

Krzysztof Wielicki aseguró en un comunicado de julio de 2006 que había participado él mismo en el rescate del militar gijonés Francisco Borja, Kiko, accidentado tras rodar unos 150 metros por una ladera helada cuando bajaba el Gasherbrum II, uno de los ochomiles del Karakorum, en la frontera entre Pakistán y China. Wielicki sostenía que él mismo había examinado al gijonés y que casi había diseñado la operación para bajarlo, algo que los participantes en aquella expedición cívico militar aragonesa califican de versión "sesgada y plagada de falsedades", incluso "autoexculpatoria". Lejos de ello, sostienen que Wielicki se negó a que su equipo participase en el rescate y que solo prestó el material. Esta negativa, añaden, obligó al gijonés y otros dos expedicionarios, Alberto Ayora y Fernando Yarto, a pernoctar a 7.800 metros, en unas condiciones que casi les costaron la vida.

El relato de Wielicki a "ExplorersWeb" se iniciaba con una descripción de la subida al Gasherbrum y un duro juicio a los españoles: "Me quedé el último, vigilando el estado del más débil, Zbyszek. Un español (Kiko Borja) se estaba también debilitando, quizá exhausto, pero también (creo) falto de preparación técnica. En la última travesía de la pared de la cumbre, mientras descendía, le vi caer y deslizarse unos 100 metros. Afortunadamente, se detuvo en una cuenca, porque más allá solo estaba... China". El polaco continuaba indicado que sus compañeros ya habían descendido y solo uno de los escaladores españoles (Yarto) estaba esperando a su amigo abajo, en el límite de la visibilidad. "Me quedé también. Después de examinar al español, decidí que su estado era grave. Queríamos que se pusiera de pie y se movió pero no estaba por la labor. Le dolían la cabeza y el cuello. Entonces, llegó el estadounidense Mike Farris: estaba haciendo cumbre con otro alpinista, pero se detuvo y juntos intentamos ayudar al español, a 7.600 metros", relataba. Los españoles niegan que Wielicki estuviera presente en el lugar del accidente. Dicen sin embargo que, en el campo IV, a 7400 metros, pidieron a Wielicki que dos miembros de su equipo, que ya bajaban, se ocupasen de ayudar a Borja. Wielicki habló con ellos, dicen, y pasaron de largo.

El polaco añadía: "Me puse en contacto con mi equipo, que ya había alcanzado el campo IV. También estaban presentes dos escaladores del equipo español. Les sugerí que llevaran nuestra tienda, saco de dormir, gasolina, estufas y comida a 7.600 metros, que el escalador herido podría sobrevivir a la noche y ser ayudado a bajar por la mañana. No tenían equipo en el campo IV". Más falsedades, según los españoles. Wielicki solo accedió a que cogiesen lo que necesitasen. Luego, en el campo base, exigiría la devolución del material.

"También le pedí a nuestro médico, Pawel Podsiadlo, que volviera a subir y ayudara al lesionado. Pawel lo intentó pero pronto se mostró demasiado cansado", resaltaba. Los españoles dicen que el médico solo se movió después de que apelase a su juramento hipocrático, pero solo subió hasta 7.500 metros y volvió a bajar. Los españoles pudieron salir de aquella, tras pasar una noche de perros. Por eso están tan molestos con el Princesa de Asturias al polaco.

Como conclusión final, Wielicki sentenciaba: "Las montañas son impredecibles, pero este accidente me hizo darme cuenta una vez más de que tratar de llegar a la cumbre de moda sin una adecuada aclimatación puede tener resultados muy negativos". La mejor defensa es un ataque.

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