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Un asturiano en primera línea contra el ébola

El enfermero de origen maliayés Luis Encinas aplica una vacuna experimental en el Congo: "Confío en que salve muchas vidas"

Luis Encinas, con el equipo necesario para aplicar la vacuna del ébola. MSF

La República Democrática del Congo está sufriendo una nueva acometida del virus del ébola, que ya ha causado unos treinta muertos, y un asturiano está haciéndole frente en primera línea. Se trata de Luis Encinas Pedrayes, un enfermero con raíces en Villaviciosa que centra sus esfuerzos en la aplicación de una nueva vacuna aún experimental. "Aún no sabemos cuándo podrá ser comercializada, pero confiamos en que salve muchas vidas en el futuro", declaró ayer Luis Encinas a LA NUEVA ESPAÑA, en conversación telefónica desde Ginebra (Suiza).

El enfermero trabaja con la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF). Su cuartel general está en Barcelona. Sin embargo, con motivo del brote de ébola, en las dos últimas semanas se ha trasladado a la localidad congoleña de Bikoro para coordinar la aplicación de la vacuna, una de las cinco que se hallan en fase de desarrollo. Tras una breve estancia en Ginebra, en la sede central de MSF, hoy mismo regresa al Congo, para proseguir con lo que realmente es un ensayo clínico, el último y definitivo antes de que la inmunización reciba luz verde y pueda ser lanzada al mercado con todas las garantías. "Ya está demostrado que tiene eficacia y que sus efectos secundarios son tolerables", subraya. No obstante, Luis Encinas rehuye la euforia y se muestra partidario de una actitud de "mucha cautela" ante lo que constituye "una nueva herramienta complementaria para lograr el control del ébola".

De padre salmantino y con familia materna de Villaviciosa y Gijón, Luis Encinas Pedrayes nació en Bélgica. Entre los 2 y los 6 años vivió en Villaviciosa -en el barrio de las Indias- con su tía y madrina. "Tengo espíritu maliayés", proclama. Regresó a Bélgica con sus padres, y estudió Enfermería en Lieja. En 1994 se incorporó a Médicos Sin Fronteras, organización a la que lleva vinculado un par de décadas, con algunas interrupciones por medio.

El ébola es una enfermedad altamente mortal: dejada a su libre albedrío, registra una tasa de letalidad que oscila entre el 80 y el 90 por ciento, tras un elenco de síntomas que incluyen fallo hepático y renal. "Si actuamos en los últimos días del brote, baja al 50 o al 60 por ciento", indica Luis Encinas. El origen del ébola es desconocido; se considera que el reservorio más probable son los murciélagos de la fruta. El contagio entre humanos se produce por contacto con fluidos corporales: sangre, sudor, semen... Infecta a aquéllos que tratan directamente con los enfermos. Por eso el personal sanitario está muy expuesto.

La vacuna que está ensayando Luis Encinas ya fue probada en el brote de ébola de 2015, a una escala mucho menor. Se denomina VSV-ZEBOV y fue evaluada en 4.000 personas no infectadas pero que estaban en contacto directo con el virus. "Ahora el ensayo está haciéndose a mayor escala y, sobre todo, al inicio del brote", señala el enfermero maliayés. Corroborada su seguridad, "en esta ocasión también podemos aplicarla a mujeres embarazadas y a niños".

Una vez superadas todas las pruebas, la vacuna será aprobada. Entonces, el reto será conseguir dinero para hacerla llegar a quienes la necesiten. "Desde Médicos Sin Fronteras haremos de lobby ante los gobiernos para meter presión", anuncia Luis Encinas, quien tiene muy claro que dedicarse a mejorar la salud de las personas "es una tarea que da sentido a tu trabajo y a tu vida".

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