Krzysztof Wielicki está realmente dolido por la acusación de que no ayudó a un alpinista gijonés, Francisco Borja, Kiko, en el Gasherbrum II en 2006, hasta el punto de que se está planteando renunciar al premio Princesa de Asturias que le concedieron junto a Reinhold Messner. La expedición aragonesa en la que iba Borja era mandada por el hoy coronel Alberto Ayora, del Grupo Militar de Alta Montaña, que fue quien abrió el fuego con un tuit demoledor: "Pues no. No es justo el #PremiosPrincesadeAsturias para @KrzysztofWielicki. No lo merece quien no movió un dedo para rescatar a uno de mis hombres en el GII".

El alpinista y periodista con raíces asturianas Sebastián Álvaro, creador de "Al filo de lo imposible", terció en la polémica difundiendo un correo de la Iwona Zielinski, del Instituto Cultural Polaco en Madrid, en el que se recogen las impresiones de Wielicki, estos días en Madeira.

En primer lugar, el alpinista polaco dice no recordar haber hablado con Ayora en el campo IV del Gasherbrum II, y menos haber pronunciado las palabras que le atribuyen: "Cada expedición tiene que saber rescatar a los suyos, coge de aquí el material que necesites y rescata a tu gente". No va con su estilo. Wielicki está convencido de que nadie que le conozca creerá algo así, toda vez que ha participado en varios rescates de riesgo, como el de Andrzej Zawada en el Everest, el de Marco Bianchi en el K2 o el de Marcin Kaczkan en este mismo ochomil, pero en invierno.

Tampoco entiende que el asunto del Gasherbrum II se saque ahora doce años después, cuando los españoles no le dijeron nada cuando coincidieron en el campo base de esta montaña del Karakorum, ni pusieron en duda los informes que él mismo remitió, uno en polaco al portal wspinanie.pl, y otro en inglés a la Explorersweb, del que se hizo eco LA NUEVA ESPAÑA el lunes.

En el correo difundido por Sebastián Álvaro, Wielicki vuelve a reiterar lo ya señalado en el informe de Explorersweb: que asistió, junto a un montañero americano, a Kiko Borja, que había rodado unos 150 metros en la ladera de la cumbre; que solo había un compañero del gijonés, pero muy lejos (Fernando Yarto); que avisó por radio al médico de la expedición, Pawel Podsiadlo, que estaba en el campo IV, a 7.400 metros, para que subiese con medicamentos e inyecciones, aunque éste tuvo que renunciar porque estaba agotado.

También asegura que entregó medicinas y material (un saco de dormir, cuerdas, tela para un vivac) a un español para que lo subiese. Añade que intentó convencer a Borja de que bajase, pero se negaba, esperando a sus compañeros. Al final, Borja, no estaba tan mal, porque pudo descender por su propio pie. A Wielicki le preocupaba el estado de los miembros de su expedición. E insiste en indicar que los españoles no estaba bien aclimatados, ni disponían de material. Si pidió que le devolviesen el que les prestó, fue porque tenía que devolverlo a la Federación Polaca. Sebastián Álvaro, que conoce a Ayora, aseguró que la polémica es "dolorosa". Tan solo indicó que Wielicki sostiene lo mismo ahora que hace doce años.