Un texto de Mario Vargas Llosa sobre Azorín fue la primera prueba a la que tuvieron que enfrentarse los 4.000 asturianos que se enfrentan a la selectividad (EBAU) en 2018. El texto sobre el que tuvieron que reflexionar en la prueba de Lengua Castellana y Literatura II es el siguiente:

"Desde que lo descubrí, en 1952, siempre he estado leyendo o releyendo a Azorín, con una admiración y un cariño que se renuevan como las estaciones. Sus libros me han acompañado en trenes, hoteles, aviones, ómnibus, hasta convertirse en amuletos sin los cuales no me atrevería a emprender un viaje. Creo entender las razones por las que vuelvo siempre sobre un puñado de autores, pero mi devoción por Azorín me descoloca, pues, en muchos sentidos —en su manera de ser y de ver el mundo, en lo que le gustaba y disgustaba, en sus modelos y en sus conjuros— creo estar bastante lejos de él y, acaso, en sus antípodas. Tal vez la explicación esté en la fatídica ley de atracción de los contrarios. Pero, lo cierto es que sus libros me estimulan y me emocionan siempre, y que, de tanto asomarme a través de ellos a lo que hizo y lo que fue, he llegado a sentir —a pesar de que sólo lo vi una vez, en 1958, aquí en Madrid, cuando era ya un viejecillo mudo, translúcido y aéreo— que formo parte de su círculo privado, y a considerarlo un grande amigo, uno de esos cuya aprobación quisiéramos desesperadamente alcanzar para todo lo que escribimos. No sé dónde estará ahora, pero si está en alguna parte, me gustaría que supiera que aproveché esta solemne ocasión de mi ingreso a la Real Academia para, nada más entrar en esta casa que fue también suya, rendirle un homenaje".

Así fue el examen de Lengua Castellana y Literatura en la selectividad de Asturias de 2018