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Somiedo Soñado 1

Una realidad diferente: Somiedo 1988

Tras la crisis demográfica que se produce a partir de 1930, año en el que en Somiedo habitaban casi 6.000 personas, y a pesar de que el sector primario, desde la aprobación del Estatuto de Autonomía para Asturias, comenzaba a emerger de la economía de subsistencia, y que curiosamente estaba apoyado por un sector industrial floreciente y generador de empleo, como era la explotación de las dos centrales energéticas que poseía Hidroeléctrica del Cantábrico, Somiedo era un concejo tan solo frecuentado por montañeros, cazadores, escasos naturalistas y algunos científicos.

Para llegar a muchos de los pueblos había que transitar por pistas de tierra o por caminos más o menos practicables para vehículos todo terreno. Valles tan importantes como el de Saliencia, no tuvieron un primer acceso rodado hasta 1986, año en que se comunicó la carretera general desde La Malva a Villarín, para alcanzar los otros tres pueblos del valle, Arbeyales, Éndriga y Saliencia, en 1992.

El mapa geológico había sido abordado con anterioridad, a la vez que diferentes cuestiones etnográficas vinculadas al grupo social de los vaqueiros de alzada ya habían sido desveladas. El vocabulario del bable de Somiedo, tesis doctoral de la filóloga Ana María Cano, natural del pueblo de Veigas, había sido publicado en 1982, por el entonces Instituto de Estudios Asturianos.

De la extraordinaria biodiversidad del concejo se conocía bien la flora y vegetación, gracias a la tesis doctoral del botánico José Antonio Fernández Prieto, defendida en 1981, y algunos otros aspectos abordados en el estudio comandado por Jorge Marquínez. El oso pardo pervivía a duras penas tras años de caza legal e ilegal, utilización muy frecuente de venenos y trampas mortíferas, mientras que el urogallo cantábrico, a pesar de la caza legal ejercida durante años y de la correspondiente caza furtiva, que con seguridad tuvo más repercusión que la que comentaban los guardas en ejercicio por aquel entonces, aún se mantenía en una cincuentena de individuos.

Naturaleza y Cultura, dos de los grandes activos somedanos, han llegado a poner a un pequeño e ignoto concejo asturiano en el Mapamundi de la Conservación como aportación asturiana al compromiso de la Humanidad con el Planeta.

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