La lluvia se fue acumulando a lo largo de la tarde ayer de tal modo que, hacia las seis y media, estalló en pequeños argayos la pendiente de la localidad sotobarquense de Riberas. "Todo cayó como si hubiera una presa rota", señaló un agente de la Guardia Civil en el control que estableció el instituto. Justo ahí, los bomberos tuvieron que sacar el vehículo de un vecino de Tineo sorprendido por las inundaciones. "No había ninguna señal. Me encontré, de repente, en medio del charco. Un camión se movió y el agua inundó el motor", se lamentó. La grúa se llevó el coche y el gruista y el tinetense tomaron ruta a su domicilio.

Hacia las nueve de la noche, los servicios de mantenimiento de carreteras del Principado se afanaban para devolver a la normalidad el tráfico a la vía: podaban los matojos que el agua había empujado, barrían los restos de grava y de piedras para facilitar el camino al agua acumulada. Así fue cómo se inundaron los prados más cercanos al Nalón. "Esto parece un arrozal", se lamentaron.

Inundaciones en Asturias: La lluvia anega la carretera que une Soto del Barco y Pravia

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"Nunca vi nada igual, y tengo 61 años", señaló José María González García, el alcalde pedáneo de Riberas, en la terraza del restaurante El Paraíso, unos minutos antes de que llegase la pala mecánica que había retirado "un muro de una finca de Riberas", señaló el trabajador en el aparcamiento del pueblo.

"No hay desagües; por algún lado tiene que salir", explicó Manuel Blanco, que es un vecino de Los Veneros, a unos pocos metros de la general. "No se puede entrar en mi pueblo por el puente, ni tampoco salir. Hay que buscar otro camino", añadió el vecino, que había aparcado su coche en la subida a la iglesia de Santa Eulalia. Los consultados por este periódico destacaron precisamente que ahí se había acumulado mucha agua. "Esto está en cuesta y ya cae bien", observó Manuel Blanco señalando que la carretera que une Riberas con el templo tardó poco en desaguar. Unos metros más allá de donde se encontraba Blanco es por donde se accede a Los Veneros. Ahí la carretera estaba absolutamente anegada. "Un palmo así", destacó otro vecino que se detuvo a conversar con Manuel Blanco y separando las manos algo así como un metro.

César Vega, otro cliente del restaurante El Paraíso, destacó lo inusitado de la situación. "Llueve mucho, pero nunca había visto esto", insistió, señalando los accesos de varias fincas de la margen izquierda de la carretera, la más cercana al Nalón. Todos los ojos estuvieron clavados precisamente en el cauce del río. Al cierre de esta edición, no se había salido de sus límites.

Accidente en Trasona

Las bolsas de agua también causaron problemas al tráfico en el acceso a Trasona (Avilés), desde la autopista "Y". El agua acumulada llegó a causar pasadas las once de la noche un accidente, sin que al cierre de esta edición se conociese si había heridos.