El sol que picó ayer con fuerza en Grullos (Candamo) durante toda la mañana en el Festival de la Fresa bien hubiera podido asomarse en el cielo asturiano desde hace unas cuantas semanas para permitir que la fruta madurase adecuadamente.

Pero no ha sido así, todo lo contrario (de hecho, ayer acabó con tormenta). Por eso no hubo ninguno de los dieciocho productores participantes -iban a ser 24, pero la falta de género obligó a algunos a quedarse en casa- que no mentara la lluvia a la hora de describir la cosecha de este año. "Mal, muy mal, no para de llover", sentenció y se quejó Orencita Miranda, la ganadora de la "Fresa de Oro" de este año con una fruta que cultiva en Ventosa: allí tiene unos 2.500 plantones, pero a Grullos sólo pudo llevar ocho kilos para exhibir y vender (6 euros/kilo es el precio oficial). "Casi toda la que había hasta ahora se estropeó", lamentó la mujer, una veterana del certamen.

Jorge Sánchez, también de Ventosa, y Luis Fernández, de Sandiche, se llevaron para casa las "Fresa de Plata" y "Fresa de Bronce", respectivamente. Éste último logró reunir unos 32 kilos para presentar al certamen. Literalmente, volaron del mostrador y antes del mediodía -los puestos abrieron a las 10- lo tenía todo vendido. "Este año es difícil reunir una buena cantidad, se estropea mucho la fruta con el tiempo", explicó Fernández. Lo mismo dijo Javier Gutiérrez, de Santoseso, con 4.000 plantones con certificado ecológico. Pudo reunir para el festival 25 kilos.

Jorge Sánchez y familia (acudió con su padre, Amelio, y su hijo, el pequeño Mario, un futuro cultivador de fresa candamina, bromearon) pudieron presentar también una buena cantidad, menos de la que hubieran querido. En su finca de Ventosa crecen 2.500 fresales.

Así las cosas, la concejala de Medio Rural, Marta Menéndez, no pudo mostrarse más que satisfecha con el resultado. "Todos han hecho un esfuerzo enorme por estar aquí", agradeció la edil, que aportó la visión optimista de la jornada: "Que no haya fresa quiere decir que la fruta de Candamo es de lo más auténtica y natural, simplemente sometida al tiempo, que no ayudó. Pero llegará".

El jurado, dirigido por Guillermo García, se tomó su tiempo para analizar la fruta de cada puesto. Ocho parámetros se tienen en cuenta, tales como sabor, textura, aroma... "La fresa de Candamo adquirió fama porque aquí hay un microclima que es lo que la diferencia. Antaño había otra variedad, pero las que ahora se cultivan dan también resultado. Buen sabor, buen aroma y muy dulces es por lo que han destacado", explicó García.

Con todo, el balance del festival es más que positivo porque, aunque de momento hay poca fresa, lo mejor está por llegar. Eso coincidieron en señalar todos los productores: si ahora mejora el tiempo y llega el sol para quedarse, en unos cuantos días habrá fruta para dar y tomar, con un estupendo sabor y una inmejorable apariencia. Los fresales están a rebosar. "Ahora sólo queda poder llenar las cestas", resumen en Candamo.