La Coordinadora Ecoloxista d'Asturies ha reclamado a la Consejería de Infraestructuras que se vede por tres años la pesca fluvial en el río Esva, propuesta que este colectivo lleva haciendo desde hace años, a la vista de la "más que evidente situación crítica de ese río y que parece ser que por fin el Principado estaría dispuesta a aplicar".

Esta propuesta con la que inicialmente parecían estar de acuerdo parte de los pescadores habituales de ese río, concretamente los integrados en la asociación llamada La Socala, curiosamente es ahora rechazada por esa misma asociación, resalta la Coordinadora, que sigue "sin compartir" ni "entender", la idea de la Consejería de considerar como únicos interlocutores en este debate a los pescadores, y "en este caso concreto a una parte de ellos integrados en La Socala".

Según los ecologistas, "esta visión tan obtusa, da un peso desproporcionado e irreal a un colectivo sobre un total de la ciudadanía que tiene al menos el mismo derecho a disfrutar de una cauce con salmones y a que la administración actúe de manera responsable para proteger una especie y unos cauces en más que evidente peligro".

El colectivo añade que todo ello queda claro con la "aberrante argumentación" de los miembros de La Socala, justificando que se sigan pescando porque, según dicen, "últimamente se pescan sólo diez o quince ejemplares".

"No queda tan lejos el año 1986 en que se habían pescado 805 salmones en ese río, sobrepasando las capturas realizadas en el Narcea, Eo o Cares", resalta la Coordinadora, que añade: "lejos de aprender de sus propios errores parece que la única alternativa de esta asociación es perseverar en los mismos, hasta la extinción total del salmón en esa cuenca, cosa que parece más que evidente a muy corto plazo, si no se toman medidas extremas de protección y recuperación".

Según los conservacionistas, "el sinsentido roza nuevamente el absurdo al pretender presentar como uno de los problemas de la cuenca, la existencia de árboles de ribera envejecidos, especialmente cuando uno de los problemas que genera el retroceso de la población de salmónidos es el calentamiento global, y concretamente la subida de la temperatura del agua de los cursos fluviales". Y añade: "la vegetación de ribera, además de muchísimas otras funciones claves dentro del ecosistema fluvial, tiene la de dar sombra y amortiguar algo ese calentamiento".

Reclaman que estas medidas vayan acompañadas de un "gran refuerzo de la vigilancia medioambiental en el río, tanto en efectivos como en efectividad, a fin de controlar el furtivismo aún bastante presente en el río Esva".

La Coordinadora juzga "imprescindible para la recuperación de la fauna del río Esva, no sólo de los salmónidos, un plan más complejo, que además de la veda total propuesta inicialmente, incluya de manera preferente, la eliminación de todos los obstáculos a los flujos migratorios de los peces, existentes en el cauce, como son los azudes en desuso, y la adecuación de los que aún se utilizan evitando la entrada de peces en los canales de derivación, como sucede por ejemplo en la mini central existente en Brieves".

A la vez, habrá que "erradicar los vertidos, tanto urbanos como ganaderos, que aún se producen a veces de forma puntual o incluso en algunos casos (como por ejemplo, se da con una gran parte de los vertidos del núcleo de Trevías) de manera continúa", alerta la Coordinadora.

El río, según los ecologistas, debe ser "algo más que un vivero de truchas y salmones donde un colectivo más o menos reducido realice la actividad de pesca, y que eso suponga el reconocimiento de ellos como propietarios del río y de lo que el mismo contiene". Y añade: "el río es propiedad de todos, practiquen o no la pesca, y su disfrute debe ser gestionado eficazmente por la administración desde un punto de vista de responsabilidad, y habrá que verlo como un ecosistema realmente complejo donde todas las especies presentes en él tienen derecho propio a estar ahí".

Reclaman que este plan sea planteado ante los diferentes actores sociales, como organizaciones ecologistas, Universidad de Oviedo, colectivos vecinales ribereños, administración local y estatal, pescadores, y "nunca ser negociado a espaldas de la mayor parte de estos actores, como parece ser la intención".