La Agencia de Sanidad Ambiental y Consumo entregará la próxima semana los diplomas que distinguen a los alumnos que han destacado por su participación e implicación en las actividades que anualmente se realizan en los Centros de Formación para el Consumo (CFC). Esta es la primera vez que se hace entrega de este reconocimiento coincidiendo con la celebración del vigésimo aniversario de la red.

Se trata de una distinción a los estudiantes que han participado en actividades de formación en el consumo responsable, sostenible y adecuado a las necesidades, y que finalizan una etapa educativa en la que han destacado por su asistencia continuada a lo largo de los últimos años. Además, también se ha tenido en cuenta el aprovechamiento de la formación realizada en diferentes ámbitos como la alimentación, el medioambiente o la publicidad.

Los galardonados son el alumnado de sexto de Primaria del Colegio Público Manuel Fernández Junco, de Ribadesella; alumnos de segundo de Secundaria del centro Nuestra Señora del Rosario, también de Ribadesella, y estudiantes de sexto de Primaria del Colegio Público Jovellanos, de Vegadeo.

Los CFC constituyen uno de los recursos más emblemáticos para llevar a cabo formación en materia de educación para el consumo, siempre de una manera eminentemente práctica y lúdica. El alumnado asturiano constituye un pilar primordial y la razón de ser de esta red consolidada. Así, desde 2014 se ha registrado un incremento de la participación en actividades formativas de un 43%. En pasado año casi 20.000 personas asistieron a las acciones de los centros, y en el primer trimestre de este año 8.841 usuarios participaron en un total de 367 talleres.

Vigésimo aniversario

La red asturiana de centros de formación para el consumo nació en 1998, cuando entraron en funcionamiento los equipamientos de Tineo, Blimea y Ribadesella, a los que se sumaron en 2003 Vegadeo y Lugones. Fue en la década de los 90 cuando se produjo un impulso de la formación con acciones como el patrocinio de ludotecas, espacios puntuales en verano y Navidades para el desarrollo de actividades y talleres didácticos, y la organización de jornadas de promoción de la educación del consumidor en la escuela.

Estos equipamientos programan talleres para instruir al consumidor de forma práctica, lúdica y divertida. Entre sus objetivos destacan el fomento de una actitud crítica hacia el consumo, la solidaridad y el respeto hacia los demás y el medio ambiente, el aprendizaje y planificación del uso del dinero, y la difusión de los derechos y deberes de los consumidores.