El pequeño comercio asturiano lo está pasando mal. Las organizaciones sectoriales que les representan coinciden en que "la crisis remonta en la macroeconomía, pero no para las familias", a las que les sube el coste de la vida pero no los salarios, con lo que limitan las inversiones a los productos de primera necesidad. Si a esto se suma el mal tiempo y las ventas por internet, el resultado es una caída interanual de las ventas que rondaría el 10 por ciento, según algunos se atreven a aventurar a la espera de tener datos oficiales.
"Los salarios tienen que crecer en los sectores productivos, para que después se redistribuyan. Y eso no está ocurriendo. Las familias tienen más gastos que antes de la crisis y menos ingresos, lo que se traduce en que invierten en lo necesario", afirma José Antonio Álvarez, gerente de la Unión de Comerciantes de Avilés y Comarca (UCAYC), resumiendo el sentir del sector en Asturias.
"Todo el mundo habla de que se está saliendo de la crisis, pero la realidad es que los salarios son los que son y no se consume. El comerciante es un empresario trabajador y muchos están aguantando porque tienen cerca la jubilación, si no, ya hubieran cerrado", añade.
Emilio Pérez Caicoya, presidente de la Federación Asturiana de Comercio (FAC), que aglutina al sector en Oviedo, confía la subida de las ventas a que el buen tiempo llegue para quedarse. "En la campaña de primavera no se vendió nada, muy poco", se lamenta. Y centra el foco de atención en las ventas por internet y la liberalización del periodo de rebajas.
"Es necesario regular las ventas por internet y que esos grandes distribuidores paguen impuestos como los demás. No vale que lo hagan en sus países de origen, porque al pequeño comercio, que es el que hace ciudad, nos hunden", asegura Pérez Caicoya. La recuperación económica "está muy lejos de llegar al comercio. Quiero ver la botella medio llena, pero es muy difícil, y los políticos hacen muy poco por el comercio de proximidad".
Carmen Moreno, gerente de la Unión de Comerciantes del Principado de Asturias, con implantación en Gijón, Carreño, Aller, Grado y Gozón, cargó contra "la falta de recuperación económica en los salarios, que se traduce en una merma en la capacidad de gasto de las familias. La caída de las ventas no se puede atribuir en exclusiva a la climatología. En Asturias no es ninguna novedad que llueva, y sigue habiendo bodas, comuniones, graduaciones... Lo que pasa es que el avance de la industria no se traslada a los sueldos y por extensión al consumo".
Para reforzar la tesis, Moreno remite a los datos de abril del Instituto Nacional de Estadística (INE). "Andalucía es la que presenta peores cifras, y no creo que sea sólo por lo que llovió".
