Avilés, I. URÍA

Los asistentes a la última representación del ciclo Jovenescena llegaron al Palacio Valdés a pie, pero bien podrían haberlo hecho en carroza, igual que en el guión de «La Cenicienta». El Joven Ballet de Ucrania deleitó a los más pequeños con una versión del clásico de Perrault, aunque a tenor de la media de edad del público, que rondaba los 8 años, lo de menos era lo que ocurría en el escenario.

Las inmediaciones del teatro avilesino se llenaron minutos antes del comienzo del espectáculo con una marea de niños dispuestos a gastar los últimos cartuchos navideños de la mano de pacientes madres y padres que explicaban como podían las normas básicas de convivencia que rigen en el teatro. Mientras algunos de los pequeños discutían el argumento del cuento, otros estaban demasiado ocupados aplacando los nervios en su primera visita al Palacio Valdés.

Repeinados ellos, peripuestas ellas, se dedicaron de manera constante a saludar del palco al patio de butacas y del patio de butacas al palco, hasta que las luces se apagaron para dar paso al inicio de la función.