Amaya P. GIÓN

El número de separaciones y de divorcios en Avilés el pasado año 2006 aumentó un 11 por ciento respecto al ejercicio anterior, según datos del decanato de los Juzgados de Avilés a los que ha tenido acceso este periódico. El informe, con el que se hace balance de las actuaciones llevadas a cabo el año recién terminado, constata que un total de 516 matrimonios decidieron poner fin a su relación en 2006 ante los Juzgados avilesinos, 55 más que en 2005, año en el que la cifra de separaciones y divorcios fue de 461. Según la última estadística del Registro Civil, en 2006 se celebraron 479 enlaces.

Según el decanato, la mayor parte de las rupturas que llegaron al Juzgado se zanjó con el acuerdo de los cónyuges para poner fin a su vida en común. Un 58,7 por ciento de los divorcios concluyó con mutuo acuerdo, frente al 41,3 en el que fue necesario imponer la decisión del juez.

Desde 1989, los Juzgados avilesinos han registrado un incremento prácticamente continuado en el número de rupturas. En casi veinte años las separaciones y los divorcios tramitados en las instalaciones judiciales avilesinas crecieron un 122 por ciento, pasando de 232 en 1989 a 516 en 2006.

Sin embargo, la evolución de las leyes que regulan las separaciones y el cambio sociológico han contribuido a que las rupturas por mutuo acuerdo se conviertan en mayoritarias. En 1989, casi el 60 por ciento de los matrimonios que decidían terminar con su convivencia no alcanzaba un acuerdo de ruptura. Según se desprende de la estadística judicial, no fue hasta finales de los años noventa cuando el número de separaciones y divorcios por mutuo acuerdo superó a aquellos en los que no existía consenso de los cónyuges para repartir sus bienes y responsabilidades familiares. El equilibrio se alcanzó en 1998, cuando el número de rupturas sin acuerdo igualó al de los divorcios de mutuo acuerdo.

La aplicación en 2005 de la llamada ley del «divorcio exprés» también introdujo cambios en la tendencia. Según los datos del destacamento fiscal avilesino correspondientes a 2005, ese año se duplicaron los divorcios, mientras que el número de separaciones descendió un 30 por ciento.

La ley, que entró en vigor en junio de 2005, permitió agilizar los trámites e iniciar el expediente sin que previamente existiese una separación matrimonial.

La última estadística anual elaborada por el Registro Civil contabilizó en 2006 un total de 479 expedientes matrimoniales, un número sensiblemente inferior al de rupturas.