Un gran homenaje al celebérrimo y magnífico escritor y novelista don Armando Palacio Valdés por parte de las autoridades civiles de nuestra villa podría ser colocar las esculturas de estas dos mujeres realizada por el artista moscón-avilesino don Amado González Hevia, «Favila», en su lugar idóneo, que, desde luego, no es un lateral del hotel Silken Villa de Avilés, en la confluencia de las calles de Españolito y Casas del Prado, sino en la plaza de España, dando frente al palacio de los Ponte (hoy cines Marta).

Pero, caso de que el equipo municipal de gobierno de nuestra villa siga empecinado en no dar su autorización para tal cambio, se podrían hacer dos cosas, siempre que se contase con el visto bueno del dueño de las esculturas, que es don José Luis García, propietario de la empresa Melca: una sería aceptar el ofrecimiento realizado por el párroco de la iglesia de la Magdalena, don Julián Ron, y colocar en la plazoleta de ese monumental templo avilesino las imágenes de Marta y de María. Y otra sería ofrecérselas al Ayuntamiento de Laviana -dado que en su pueblecito de Entralgo vino al mundo don Armando Palacio Valdés-, y ya veríamos cómo allí se tenía mayor consideración con Marta y con María de la que le tienen los gobernantes avilesinos.

läMuseos del mar

En Luanco existe el Museo Marítimo, en Candás tendrán el museo dedicado a las conservas marinas, y en Avilés, a poco que nos empeñásemos todos, podríamos contar con el museo de las antigüedades náuticas, o sea, que podríamos aportar el tercer lado del triángulo de los museos relacionados con la mar y que constituiría un buen reclamo turístico, al que también tendríamos que sumar el de las Anclas Marítimas Philippe Cousteau, de Salinas.

läCalle de Las Alas

Todo el perímetro comprendido entre la calle de la Muralla -segundo tramo-, la de los Alfolíes, la de Las Alas y la plaza de Carlos Lobo va a sufrir un gran cambio, para mejor, si las cosas se hacen bien, como todos esperamos. La maravillosa iglesia de los padres franciscanos quedará libre de ese tremendo adefesio. Una vez retirado este obstáculo, el templo podrá ser contemplado en toda su belleza, que sería muchísimo mayor si se pudiera ver en su totalidad desde El Muelle, para lo que tendrían que desaparecer algunos inmuebles que hoy están ocupados.