La Granda, Diana DÍAZ

El musicólogo Francesc Cortés, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, profundizó ayer en La Granda sobre la complejidad de la música nacional española en la segunda mitad del siglo XIX. «En la época decimonónica, los defensores de la "pura raza musical" se enfrentaron con los que introducían en las obras elementos musicales exóticos, que eran los más liberales», afirmó Cortés.

Lo que en principio parece una contradicción, ya que, según Cortés, «en el extranjero se identifica lo exótico u oriental con los rasgos más andaluces de la música española», se ilumina al entender el influjo de la Reconquista para la sociedad del XIX. La Reconquista había dejado la semilla de la cultura musulmana, que no todos los contemporáneos del XIX aprobaban como fondo cultural español.

«La música también formó parte del debate, que llevó a duras críticas y caricaturas en la prensa de la época», relató Cortés, quien continuó explicando cómo «los más puristas no admitían que el pasado bizantino hubiera sido adoptado por los árabes y de ahí pasara a la tradición cristiana». Mientras, la música francesa era modelo para los compositores españoles. «Para el francés del XIX, la India y Egipto, por ejemplo, eran destinos musicales especialmente exóticos», explicó Cortés. En la música española poco a poco se buscaron intervalos melódicos y armonías que no sonaran a música occidental, junto a ritmos de danza popular, «que llevaron al modelo de música andaluza que todavía hoy se identifica con España», aseguró Cortés. Así, en el siglo XIX no se afianzó un solo modelo de música nacional, según fue el caso de otras escuelas, como la rusa.

«La base es que la música responde a un sistema de códigos en el que también influyen elementos extramusicales», señaló Cortés, quien explicó la cuestión argumentando el hecho de que «si hoy día escuchamos una música que en seguida identificamos que es china o africana es porque tenemos asociados en nuestra mente una serie de códigos impuestos».

En el medio de la polémica de la segunda mitad del siglo XIX estuvo Felip Pedrell, quien en su manifiesto «Por Nuestra música» propuso una fusión de culturas musicales como música nacional española. «La propuesta de Pedrell tuvo sus detractores, pero también seguidores, entre los que destacó Falla, a quien hay que ver como un compositor de otra generación», consideró Cortés. No todo es blanco o negro.