Luanco, Illán GARCÍA

La temporada del percebe en aguas de Peñas comenzó ayer con buen pie para los pescadores profesionales de Luanco. «Los primeros días suelen ser muy buenos. Es habitual empezar con abundantes capturas», aseguró Manuel Álvaro Álvarez, uno de los primeros perceberos. Los pescadores afirman que si hay buen tiempo la temporada del percebe será aún «mucho mejor». Los precios de venta en el estreno de la campaña oscilaron entre los 100 y los 150 euros el kilogramo. El pasado año, la lonja de Puerto Vega llegó a vender el kilo, en pleno mes de diciembre, a 216 euros. En fechas próximas a la Navidad los precios se incrementan considerablemente debido a la mayor demanda de marisco por esa época del año.

Los perceberos luanquinos tienen permitido, según la Consejería de Pesca, una captura de ocho kilos por día y marea, pero advierten de que hay muchos pescadores furtivos en la zona del Cabo Peñas que se saltan las normas al no tener licencia. «Sobre todo, los furtivos aparecen cuando la marea está baja», se quejó Adrián Reigada.

La jornada, ayer comenzó a las siete de la mañana. «Vamos a por percebe de lunes a viernes cada dos semanas. Este viernes, como es fiesta, no vamos a ir», aseguró Juan Carlos Gómez. «Las jornadas de trabajo duran doce horas. Sacando el percebe de la piedra estamos tres horas, luego tenemos que seleccionar cuáles son los mejores ejemplares para la venta. Y hay que sumar el tiempo que gastamos yendo en el coche para ir a vender», añadió Gómez.

Los pescadores venden sus capturas «al mejor postor». Suelen vender las piezas en Avilés, o incluso ir a Puerto de Vega, en el concejo de Navia. Gómez y sus compañeros, Lorenzo García Lopera, Herme Martín y Reigada, forman una «cuadrilla» junto con el recién reelegido patrón mayor de la Cofradía de Luanco, José Luis Gutiérrez. «Nosotros cuatro vamos en un bote hasta Peñas y José Luis va en una lancha grande desde Avilés», cuenta Gómez.

La pesca del percebe es peligrosa. «Un simple despiste te puede jugar una mala pasada y además si la mar bate fuerte es mucho peor», dijo Lopera. Tras varias horas arrancando los percebes de las piedras, los pescadores acuden a la rula para pesar sus capturas. Previamente las seleccionan y finalmente las colocan en cajas, listas para la venta.