Zeluán (Gozón), E. CAMPO

Nació junto a la orilla del agua, en Zeluán, y toda su vida transcurrió cerca de la ría, en la que trabajó durante largos años en la Junta de Obras del Puerto realizando labores de buzo. Pero la ría no fue sólo trabajo para él. Ricardo García, recién cruzado el umbral de los 90 años, es la memoria viva de un tiempo en el que la comarca avilesina comenzó a vibrar con los deportes de remo, que ahora se pretenden recuperar tras años relegados al olvido. Hoy se cumplen 63 años de la primera regata de bateles en Asturias, en la que él participó, y donde resultó ganadora la embarcación «Ría de Avilés» con el sabuguero Manuel Cortés como patrón y con los hermanos Amalio y Manolo Narán y Enrique y Francisco Lorente de remeros. El Club de Mar de Avilés fue el organizador del evento, en el marco de las fiestas de El Bollo del año 1945.

Ricardo García recuerda con una sonrisa imborrable aquellos tiempos de remo, que le llevaron incluso a competir a Madrid, en El Retiro. Pero remonta su memoria más atrás, con ayuda de su hijo, para empezar por el principio de su historia: Zeluán. En esta pequeña localidad asentada al borde de la ría nació Ricardo Fernández, en 1917, de familia oriunda de Manzaneda. Y fue precisamente un tío suyo quien fundó Zeluán, que era un puntal de arena. Su padre comenzó a trabajar en la Junta de Obras del Puerto, hasta su muerte prematura. Corría el año 1935 y el huérfano, que tenía otros dos hermanos más pequeños, comenzó a trabajar a su vez en la Junta del Puerto, pero los republicanos lo movilizaron en 1937.

Fue después de la guerra -en la que resultó herido varias veces- cuando comenzó a remar. Juan Wes y Alberto Carreño fueron los principales impulsores de este deporte en Avilés. Entonces remaban en lanchas, tripuladas por siete personas: la embarcación que usaban era la de Celesto Álvarez, el botero, que era azul, como recuerda García. En 1943 tomó parte en una regata de traineras, que se celebró en Avilés, con la participación de una trainera de La Coruña. El mayor hito de su carrera fue en 1944, en que una tripulación de la comarca acudió a Madrid al primer Campeonato de España, que se celebró en el estanque del Retiro. No conocían la modalidad, y quedaron novenos. Los remeros eran Jorge Riestra, Ricardo García, Valentín Guerra, Lorenzo Álvarez y Pascual Emilio Bilbao, con Alberto Carreño Galé como delegado.

Después de la experiencia madrileña, tomaron nota del modelo batel y lo quisieron importar para Avilés. Anselmo Artímez, un constructor de Luanco, hizo un ensayo de batel, aunque de sección picuda en vez de cóncava, cuyo equilibrio era difícil de lograr. Y con dos embarcaciones salidas de su taller se celebró la primera regata de bateles de Asturias, a lo largo de 2.000 metros, con gran afluencia de espectadores.

Fue casi el final de la trayectoria deportiva de Ricardo García. Es cierto que luego tenía a su disposición una nueva trainera que adquirió el Club de Mar, pero los entrenamientos eran duros, el rendimiento nulo y decidió dejarlo con treinta años. Antes de eso estuvo en Gijón, en una regata que se celebró en San Lorenzo coincidiendo con las fiesta de Begoña. A partir de 1947 comenzó a trabajar de buzo, labor que compaginó con su afición por la ebanistería y la carpintería.

Durante treinta años Ricardo García buceó los fondos de la ría de Avilés, pero también de otros puertos asturianos. Atrás dejó lanchas, bateles y traineras, aunque sin separarse mucho del agua, ya que llegó a ser patrón de la draga «Avilés».