Saúl FERNÁNDEZ

En la noche del 7 de abril de 1988 TVE -dentro del programa «Vivir cada día»- estrenó el docudrama «El cadáver del tiempo», un relato subjetivo del nacimiento de Ensidesa, la visión de un hombre ausente que descubre en su regreso que su memoria había sido distorsionada. Tras la emisión -en un tiempo sin más tele que la pública-, los avilesinos vivieron semanas de indignación y hasta de desconsuelo. LA NUEVA ESPAÑA repone mañana, viernes, en el Centro de Exposiciones del Arbolón (CMAE), el documental transgresor, obra de Javier Maqua. En el momento de la emisión, en 1988, el alcalde de la ciudad era Manuel Ponga, que ahora recuerda aquellos días.

-¿Qué tenía de polémico «El cadáver del tiempo»?

-Resulta que supimos que TVE iba a emitir un programa en el que se iba a hablar, para todo el país, de la ciudad de Avilés. Supimos que se trataba de un «docudrama». Lo sabíamos porque Javier Maqua nos había pedido meses atrás, antes de la emisión, datos en el Ayuntamiento. Estábamos encantados de que se hiciera algo sobre Avilés, que entonces era una ciudad huérfana de información.

-PeroÉ

-Pero nos quedamos asombrados con aquello que habíamos visto. Me llamaron algunos concejales -recuerdo a Pepe Martínez, que estaba al frente de Cultura- y más gente: Antonio Ripoll, por ejemplo.

-Sigo sin entender el asombro.

-Le cuento. Entonces, a finales de los ochenta, Avilés empezaba a hacer efectiva una política medioambiental completa. Éramos pioneros. Estábamos trabajando en aquello que luego se llamó el cinturón verde de Valliniello -cerco de árboles a las instalaciones de la industria-. Habíamos encargado un estudio epidemiológico sobre la repercusión de la contaminación en las placentas en Avilés que hizo el doctor Domínguez. Cerramos entonces aquella fábrica de harina de pescado, en la misma entrada de AvilésÉ Estábamos enfrentados a la cofradía, pero es que no se podía tener a la «Fedionda» en la misma entrada de la ciudad. Es decir, empezaban a cambiar las cosasÉ

-Y Maqua llegó entre tanto.

-Sí, ofreció una visión negra de Avilés, cuando empezaba a ser en color.

-La ciudad se dividió.

-Sí, sí, claroÉ Había quien no quería que se dijera que Avilés había estado malÉ Luego estábamos nosotros que sí, que admitíamos el estado de la ciudad, pero que trabajábamos para que cambiaraÉ Luego también estaban aquellos que habían participado en la filmación en lo que entonces, más que «docudrama», se llamaba «bodriodrama».

-Encima, dirigido por Javier Maqua.

-Encima. Un hombre de Avilés, de toda la vidaÉ de una familia de siempreÉ Encima de izquierdas. «El cadáver del tiempo» fue un choque tremendo para todos nosotros.

-¿No le parece una reacción desmedida?

-Debe entender cómo era la ciudad en aquellos años. Recuerdo cómo luchamos para que, cuando se diera el parte meteorológico se mencionase AvilésÉ Imagínese: un solo periódico, una sola televisiónÉ Salir en TVE era otra cosa.

-Y no gustó nada.

-Ya le digo, una visión negra de Avilés: los turnos de las camas calientes, la prostitución, los coreanosÉ Además estaba la participación de Enrique Tessier, un hombre de la cultura que escribía en el periódico y que, encima, no se caracterizaba por mantener unas ideas progresistasÉ

-Mañana, cuando se reponga, ¿esta visión cambiará?

-Imagino que lo podremos ver de otra manera, quizá más jocosa. Hoy no hubiese pasado nadaÉ Es bien cierto que aquel Avilés no era el que queríamos, pero no lo es más que mucho de lo que contaba fue verdadÉ Me dijeron: ¿ves lo que has conseguido con hablar de la contaminación? Es como si te peleas en casaÉ no quieres que se entere nadie. No sé si me explico.

-El Ayuntamiento de Avilés ¿intentó declarar a Javier Maqua persona non grata?

-Sí, desde la oposición se planteó su recusación, pero el PSOE no la admitió.

-¿Presionaron a TVE para pedir el derecho de réplica?

-Sí, pero no nos hicieron ningún caso.