Teresa CEMBRANOS

Hace poco más de veinte años, exactamente veintiuno, un grupo, perteneciente a la primera promoción del curso de especialización de Educación Musical, decidió llevar las notas a los colegios, dar luz a un proyecto para difundir el amor por la música entre los escolares de la región. Se pusieron el nombre de GAME (Grupo de Animación Musical Escolar) y desde entonces, centenares de niños han disfrutado con la torpeza de «Filiberto», uno de los personajes del espectáculo, y sus virtuosos compañeros de faena.

Todos los viernes, los 13 componentes de la «banda», que a efectos de gestión depende del Centro de Profesores y Recursos de Avilés (CPR), abandonan las clases en sus respectivos colegios e institutos, se cambian de ropaje y trasladan todos sus bártulos a algún centro escolar de Asturias y, entre teatro y espectáculo musical, tocan todos los palos, desde la música clásica, pasando por la tradicional hasta llegar a la más actual haciendo partícipes a los más pequeños: un verdadero espectáculo que hace saltar más de una risa entre el público.

Francisco Fernández es uno de aquellos pioneros en el arte de la música. Aunque jubilado desde hace tres años se mantiene en la formación, dice, porque no le dejan marchar. Recuerda cómo, cuando empezaron, no en todos los colegios había salón de actos donde actuar y utilizaban las iglesias, con el permiso del párroco, que no siempre era fácil, o los centros culturales.

«Era como la fiesta del pueblo, ya que acudían grandes y pequeños a ver la función. La verdad es que nos adaptamos al público y siempre buscamos sorprenderle, eso es lo más importante», añade Alberto González, profesor de Música del Colegio El Condado de Noreña, y otro de los veteranos del club.

Antes de cada función, los integrantes de GAME realizan con los alumnos de cada centro cinco talleres: juegos musicales, expresión, danzas, construcción de instrumentos y nuevas tecnologías y luego, algunos, pondrán en práctica lo aprendido en compañía de los maestros del grupo.

Hace dos años publicaron un libro-disco, de contenido didáctico, con trece canciones para que los profesores interesados pusiesen en práctica el «método» GAME. «Mezclamos la música con la dramatización, que entra mejor por los ojos, y la verdad es que funciona muy bien. Trabajamos encantados», señaló González. Ejemplo de este éxito es la lista de centros que esperan la llegada del grupo de docentes, casi 70. Hasta ahora, aseguran los integrantes de GAME, ya han visitado la mayoría de colegios de Asturias cosechando, en todas las ocasiones, el aplauso de los más pequeños. La transmisión del amor por la música está garantizada.