F. L. JIMÉNEZ

El secretario general de la Federación Asturiana del Metal, la Construcción e Industrias Afines (MCA) de UGT, Eduardo Donaire, manifestó ayer en Avilés su malestar y preocupación con la actitud de las «fuerzas vivas» del municipio en relación a la industria, una actividad que, a juicio del sindicalista, es el pilar fundamental de la economía local y, sólo por eso, merecería más miramiento. «Siendo la mano que da de comer a la comarca, no parece muy estético morderla», afirmó.

El resquemor de Donaire se acentúa estos días con motivo de la profusión de declaraciones relacionadas con la emergente «industria cultural» que tiene al Niemeyer y a la Isla de la Innovación como mascarón de proa. «Las constantes alusiones a los nuevos equipamientos culturales de Avilés se hacen sin un ejercicio paralelo de conjugación de la industria circundante», reprochó el dirigente ugetista, que ayer presidió en la ciudad la clausura de un taller de salud dirigido a jubilados y organizado por UGT.

Para Donaire, «Avilés es una ciudad con suerte por poder contar tantas chimeneas; ya quisieran muchas otras localidades ser sede de un número tan alto de industrias y fábricas». El sindicalista está dispuesto a promover, desde su organización, iniciativas para resaltar la importancia de la industria «sin que eso sea demérito de lo cultural, sino complemento». Preguntado sobre posibles ideas esbozó dos: «¿Por qué no contar todas las chimeneas que quedan en pie y concebirlas como un bosque? O, se me ocurre, ¿por qué no pintarlas de colores como el puente de San Sebastián si de lo que se trata es de armonizar industria con nuevos desarrollos?».

Preocupación por Azsa

Por otra parte, el secretario general de MCA en Asturias pidió ayer al presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, un pronunciamiento expreso sobre las quejas de la dirección de Azsa por el previsible encarecimiento de la factura eléctrica, que amenaza incluso, según fuentes de la empresa, el futuro de la fábrica de San Juan de Nieva.

A este respecto, la dirección de Azsa, según se comunicó ayer a los representantes de los trabajadores, ha pedido a Álvarez Areces que haga valer su influencia ante el Gobierno central para evitar la pérdida de la bonificación eléctrica de la que gozan Azsa y otras grandes consumidoras de electricidad. Tras recibir esta noticia, el comité de empresa de Azsa decidió suspender durante quince días las negociaciones del convenio colectivo a la espera de acontecimientos.