S. FERNÁNDEZ

Los chigres de la comarca de Avilés ofrecen aquello en lo que flaquean los supermercados: un horario amplísimo, familiaridad y las compras de última hora, las que sacan de un apuro:

-El otro día viene un tipo que vive a siete kilómetros y nos dice: «Dame un kilo de harina, que se me olvidó comprarla en el súper». Y tú, claro, se lo das, pero le dices: «No me digas que vienes porque se te olvidó comprarlo en otro sito, hombre» -bromea Manolo Menéndez, de Casa Belarmino, que es consciente de la naturaleza de su negocio, que funciona como balsa de salvamento en horas intempestivas.

«Muchas personas que van para Grado paran a comprar queso de La Peral, que lo vendemos al precio de fábrica», dice Leoncio González. «No es cierto que lo que vendamos sea más caro, no siempre sucede asíÉ», señala Mari Cuervo, de Casa Belarmino. «Vendemos de todo, una sola marca, pero siempre la mejorÉ El precio es más elevado porque no puede ser de otra manera, pero tampoco se creaÉ», añade.

La venta de tabaco es uno de los sustentos principales de este tipo de negocios. «Vienen al médico, entran, dicen "una cajetilla y un vino"É Pero el margen que deja el tabaco no es demasiado», se lamenta Mari Cuervo.

Ultramarinos, pues: chorizo de Siero, mermelada casera, chocolates Herminia, madreñas y hasta lenceríaÉ

«Lo normal es que funcionemos por encargo, sobre todo por el verano: que si el pan, que si déjame el periódicoÉ», asegura Demetrio Álvarez. De lo que se trata es de ponerse a pescar, de echar la caña y hacerse con una parroquia más o menos fija. «Sea por la tienda o por el bar», dice Demetrio Álvarez. Y sus parroquianos lo confirman.