M. MANCISIDOR

Conducía por la calle Rivero sin el correspondiente permiso cuando un agente de la Policía Local de Avilés le dio el alto. El praviano José Antonio Suárez aceleró entonces el coche cuando pasaba por delante de dicho agente y le arrolló. Ahora, el Juzgado de lo penal de Avilés le ha condenado a un año y seis meses de cárcel y al pago de una indemnización de 4.740 euros. Con el agente sobre el capó del coche, el condenado, que no tendrá que ingresar en prisión al carecer de antecedentes penales, circuló unos 15 metros hasta el inicio de la calle Cervantes, donde realizó un frenazo brusco que provocó que el agente cayera al suelo. Eran las doce del mediodía del 20 de julio de 2006.

El Juzgado de lo penal de Avilés, donde se celebró recientemente el juicio oral con Suárez en el banquillo de los acusados, calificó los hechos como un delito de atentado y otros de lesiones. El praviano es consciente de que el agente le puso entonces la multa con razón -«Iba por una calle peatonal sin acreditación», afirma- pero critica el «trato vejatorio» que recibió por parte de los agentes. «El agente me dio la multa y, acto seguido arranqué, pero el coche jamás se movió. El policía me empezó a dar con la culata de la pistola en el capó y reconozco que le dije: "Pégame un tiro o mete la pistola por el culo"» , recuerda Suárez, quien desde hace más de veinte años está a tratamiento psiquiátrico en el Hospital San Agustín.

El condenado es consciente de que su delito fue circular por una calle restringida a ciertos vehículos, si bien critica la actuación policial. «No voy a pedir daños ni perjuicios, pero quiero que sepan, ahora que estoy condenado, los errores que han cometido. Veo muy bien las campañas de vigilancia, pero no puedo aceptar que un agente abuse de su poder con los que somos más frágiles», sentenció Suárez quien, a causa del suceso, perdió diez de los doce puntos del carné de conducir. «Tráfico debería actuar en un caso así, no puede tener a gente incompetente», concluyó.