Francisco L. JIMÉNEZ

Manuel Docampo, presidente de la Autoridad Portuaria de Avilés, habla en pasado del culebrón de la rula avilesina: «Todos hemos puesto lo mejor de nosotros para solucionar el asunto», declaró ayer a LA NUEVA ESPAÑA. Al hacerle notar el hecho y lo que implica (pensar en el problema como algo resuelto), respondió irónico: «Usted mismoÉ». Minutos antes, y también en pasado, Docampo había satisfecho la curiosidad del consejero del Puerto José María Guzmán Pacios (CC OO), quien en el turno de ruegos y preguntas del consejo de administración le espetó: «¿Y de la nueva rula, qué?». El interpelado vino a decir que por fin se ve luz al final del túnel, que ya falta poco para anunciar un acuerdo que permita cerrar la peor crisis de la pesca avilesina vivida en décadas y que será en junio cuando se celebre un nuevo consejo de administración en el que se pondrán todas las cartas boca arriba. Hasta ese momento, el presidente pidió una cosa: «Discreción». Para que nada interfiera en el curso de las negociaciones, explicó luego.

Fuentes portuarias consultadas por este diario adelantan el siguiente guión para el consejo de junio. Salvo el improbable caso de que se logre en los próximos días un acuerdo de participación accionarial en la sociedad de gestión de la lonja que satisfaga tanto a la Cofradía de Pescadores «Virgen de las Mareas» como a la sociedad de armadores Lonja Avilés, el Puerto y el Principado -seguramente también la Cámara de Comercio- darían un paso al frente y constituirían la sociedad por su cuenta. Nada impediría, con posterioridad, el alta de nuevos socios. Esto permitiría, al menos, empezar a trabajar en la apertura del nuevo complejo pesquero, que permanece cerrado desde que acabaron las obras hace 18 meses y ya muestra signos de deterioro.

Últimos escollos

Los últimos impedimentos que encuentran los negociadores portuarios para cerrar un acuerdo con la cofradía y Lonja Avilés son, en el caso de la primera, su deseo de que se le reconozca como aportación patrimonial a la sociedad la entrega de la fábrica de hielo -sin la cual la lonja no podría funcionar-, y en el caso de la segunda, la exigencia de tener el mismo peso accionarial que la cofradía. Asimismo es objetivo de la Dirección General de Pesca del Principado -compartido por Lonja Avilés- que la Federación de Cofradías de Pescadores de Asturias se una a la sociedad de gestión. Sería una forma de demostrar al sector pesquero asturiano que la rula de Avilés es, en realidad, la plaza central de comercialización de pescado de la región.

¿Tiene base el optimismo de Docampo? El interesado dice que si la ley de Murphy deja de cumplirse -esa que afirma que si algo puede empeorar, efectivamente irá a peor-, la lonja dejará este verano de ser un problema. Enfrente, el batallón de los pesimistas, los que advierten de que el crédito del presidente ya está agotado.