T. CEMBRANOS

Siro y Lua son personajes de cuento con mucho que decir. Son los encargados de transmitir, desde principios de mayo, a los alumnos de los colegios Palacio Valdés, Marcos del Torniello, Sabugo y Llaranes, el plan de municipal de infancia y los que les enseñarán a «dar su opinión» sobre todo aquello que les preocupa en su vida cotidiana. Los centros forman parte de un proyecto piloto que, si todo sale bien, se repetirá el próximo curso en todos los colegios de la ciudad.

Soledad González, miembro de la asociación El Glayu, es la encargada de trasladar el documento a los más pequeños a través de los cuentos, dinámicas de grupo y juegos. En la primera sesión, la monitora les da una hoja donde tienen que poner dos cosas que les gusta de Avilés, otras dos que no y qué le pedirían a la alcaldesa, Pilar Varela. «A los niños hay que entrenarlos para que piensen. Cuando les preguntas qué es lo que quieren para la ciudad y lo que pedirían a la Alcaldesa, lo primero que dicen es una Play Station gigante en la plaza del Ayuntamiento, que bajen las hipotecas o ser millonarios. Les digo que esas cosas no son factibles y que sigan pensando», explicó González. Por eso, el siguiente paso, en la segunda sesión, es que profundicen en lo que realmente quieren y es cuando, según González, dicen «lo que creen que los mayores quieren que digan», como es que no haya maltrato, que no haya guerras, que se acabe el terrorismo, etcétera. «Eso no forma parte de una conversación normal entre niños, y se lo digo. Y es entonces cuando salen sus verdaderos intereses», comentó González.

Así comentan sus principales quejas, como que sus madres no les dejan salir a jugar a la calle, que les han cerrado un parque porque los jóvenes hacen botellón o que los semáforos que están al lado de una zona de juegos está demasiado tiempo en rojo para los peatones y muy poco en verde para poder cruzar. «Por ello, acaban pidiendo, por ejemplo, que haya más seguridad en la calle para que sus madres les dejen jugar. En el poco tiempo que llevo con ellos he visto que pocos niños salen a la calle y se pasan más tiempo en casa con la Play Station o la Wii porque sus padres no se fían de lo que hay en la calle», comentó González.

El objetivo final de este experimento es conseguir conclusiones acerca de lo que realmente quieren los niños y reforzar su educación en valores, que es lo que transmite el plan de infancia.