Las manifestaciones vertidas por la señora Rodríguez Maniega, diputada por el Partido Popular, respecto a los cambios propuestos por el equipo de gobierno en la relación de puestos de trabajo y que afecta a algunas bibliotecarias, han causado un profundo malestar en dichas trabajadoras y, ante todo, profesionales.

No se puede admitir que desde la desinformación y con el único afán de injuriar (que algo queda) y desprestigiar al contrario, se arremeta de esta manera tan descarnada, absolutamente desprovista de todo escrúpulo moral, contra el honor y la profesionalidad de personas que realizan su trabajo con responsabilidad, dedicación y eficacia desde hace más de treinta años. Usted creo que lleva menos tiempo dedicada a resolver los problemas que afectan a la ciudadanía, que para eso le han votado.

La llegada de estas bibliotecarias al Ayuntamiento de Avilés no ocurrió por generación espontánea ni por la práctica de nepotismo del político de turno. A estas bibliotecarias se las convocó con el requisito de la titulación a unas pruebas selectivas. En virtud del real decreto 1.409/77 se funcionarizaron estas plazas, consolidándose con la titulación exigida.

Recabe información, incluso dentro de su grupo político, ya que también son conocedores de este despropósito administrativo, pues en su día se les facilitó toda la documentación al respecto, incluso documentos públicos compulsados por el secretario del Ayuntamiento, donde figura la titulación pertinente. No se trata de una promoción, sino de subsanar un error administrativo.

Que su compañera Cristina Carnero le facilite el acta de la sesión celebrada por la junta rectora de la Fundación Municipal de Cultura el día catorce de mayo de 2007. En ruegos y preguntas pide explicaciones de por qué no se llevó a efecto la propuesta del entonces concejal delegado de Cultura, don Juan José Fernández, del año 2004.

Precisamente formó parte de los distintos tribunales calificadores de las plazas laborales de bibliotecarias una de esas bibliotecarias (funcionaria) a las que usted sin ningún pudor y de forma sibilina se atreve a presentar como «favorecidas».

No confunda con información engañosa y malintencionada al ciudadano de a pie que elige a sus representantes políticos para que realicen una labor constructiva y responsable y no divague con descalificaciones a otros políticos utilizando a terceras personas -en este caso, bibliotecarias- ajenas a todo signo político y con un único reto que es el de prestar un servicio riguroso y de calidad al ciudadano. Su desinformación alcanza también al aspecto económico, ya que nuestros salarios no sufrirán modificación alguna, pues es precisamente en el aspecto económico donde no existe ningún tipo de agravio. Sólo se pretende regularizar una situación irregular desde el punto de vista administrativo.

Que su incipiente trayectoria política no se enfangue con manifestaciones injuriosas que afectan a terceras personas y que usted utiliza con inquina para verter basura. Dedique su tiempo a hacer una política coherente y responsable, denunciando y haciendo público sólo aquello injusto e ilegal.

Firmado por una bibliotecaria que no es la mujer del césar.

B. Álvarez