L. M. A.

La comarca está de luto por uno de sus vecinos más significados en la defensa de los intereses locales. El empresario Tomás Medina, copropietario de Asturmasa, compañía de construcción y montajes, murió ayer a primera hora de la tarde en Oviedo después de sufrir un derrame cerebral. Medina había sido trasladado al Hospital Central, acto seguido de manifestársele, sobre las tres de la madrugada, la apoplejía que posteriormente le causaría la muerte.

Desde todos los ámbitos de la sociedad y en medio de una fuerte conmoción, se destacó la generosidad del fallecido y su compromiso con Avilés. Medina, que será despedido esta tarde a las cinco en la iglesia parroquial de San Pedro Navarro en Valliniello, donde se celebrará el funeral de cuerpo presente, deja mujer y un hijo. El cadáver, que recibirá sepultura en el cementerio de Valliniello, permanecía ayer en el tanatorio de El Montán, que tuvo numerosas visitas para participar en el duelo.

Un rasgo de la generosidad del fallecido es la donación de órganos de la que ayer se hacían eco los corrillos durante las largas y dolorosas horas que siguieron a la muerte del empresario.

Medina se caracterizó a lo largo de su vida por ser un actor principal en muchas y variadas actividades cívicas. Presidió, en una etapa no demasiado lejana, el Real Avilés Industrial, que precisamente celebra este año 25 años como consecuencia de la fusión del primer equipo de la ciudad con el Club Deportivo Ensidesa. El club anunció ayer que el domingo, antes del partido, se guardará un minuto de silencio por la muerte de uno de sus últimos dirigentes.

En la actualidad, Tomás Medina estaba al frente de la sociedad de conservación del Parque Empresarial Principado de Asturias, que agrupa a los propietarios de naves o empresas en el polígono de la ría. Pero también presidía la Orquesta Joven «Julián Orbón» y formaba parte, asimismo, del Patronato Avilés, Conquista Musical, que recauda fondos para el órgano de la iglesia de Sabugo. Asturmasa, su empresa, figuraba también en el patronato de la Fundación «Sabugo, ¡Tente Firme!».

El presidente de la Cámara de Comercio, Francisco Menéndez, destacó ayer el comprometido papel de Medina al frente de la sociedad de conservación del polígono de la ría que, de acuerdo con el líder de la patronal, nadie estaba dispuesto a aceptar. «Ha trabajado mucho y supo también asumir riesgos», dijo Menéndez.

Carlos Robles, delegado de Infoinvest, la sociedad que gestiona el suelo del Parque Empresarial, explicaba ayer cómo le había dicho últimamente y de manera cariñosa que estaba fumando más puros de la cuenta. Medina era un gran aficionado al tabaco, pero, como el mismo Robles dijo, lo que le mató fue la tensión. «Yo lo apreciaba mucho, era un buen amigo».

Todos los consultados coinciden en señalar el alto concepto de la amistad del fallecido, de manera que esta tarde se espera una despedida multitudinaria para un hombre que supo granjearse el respeto de la sociedad en cualquiera de sus ámbitos. Se ha ido una buena persona, generosa y siempre dispuesta a ayudar en cualquier circunstancia y lugar donde se reclamase su presencia.