M. MANCISIDOR

Es el «gran hermano» del tráfico. Nueve ojos -tantos como cámaras de televisión- repartidos por el entramado urbano de Avilés y conectados a un «cerebro» informático ofrecen, oficialmente desde ayer, información durante las veinticuatro horas del día sobre la situación de la circulación en las principales vías del municipio. El nuevo servicio de control de tráfico de Avilés, el primero de España de estas características, aglutina en una única aplicación la gestión de los semáforos existentes en 53 de los 72 cruces del municipio y los controles de accesos al casco histórico. Permite, además, a los agentes influir en la circulación gracias a ocho programas informáticos inteligentes.

El centro de control, que incluye un sistema de circuito cerrado de televisión, divide a Avilés en tres áreas -Villalegre-Santa Apolonia, El Carbayedo y la arteria del puerto-, todas ellas conectadas gracias a siete kilómetros de fibra óptica. El programa se complementa con 110 espiras magnéticas colocadas debajo del asfalto que contabilizan los coches que pasan por un determinado punto conflictivo, como la plaza de los Oficios.

«Cada vez que pasa un coche por encima de esa espira se contabiliza y así sabemos desde el centro cuando hay colapso y, a la vez, cuándo debemos regular los semáforos para que estén abiertos más o menos tiempo y así evitar la saturación de esa vía», explicó ayer el jefe de la Policía Local de Avilés, Eloy Benito Calzón. A su vez, el equipo informático del centro recopila la información que recibe y, a la vez, ofrece soluciones para evitar colapsos. Un ejemplo: si la plaza de los Oficios se satura cada lunes a las ocho de la mañana, el centro creará automáticamente un sistema para que todos los lunes a esa hora los semáforos funcionen de tal manera que el tráfico sea fluido.

Las cámaras de videovigilancia están ubicadas en la rotonda de Buenavista, en la plaza de los Oficios, sobre el puente de la vieja Fábrica de Harina, en la plaza de Santiago López (con visión hasta el No-Do), en la glorieta de Pruneda, en el cruce de Fernando Morán con Juan Ochoa, en la glorieta de San Agustín, el cruce de Severo Ochoa, la calle Francisco Legorburu y en la glorieta de Los Canapés. Aquí, además, habrá una cámara más, cuyo uso se compartirá con Tráfico para controlar la circulación en sentido salida hacia Galicia por la Variante.

El nuevo «gran ojo» de Avilés, que se puso a prueba a principios de año y contó con un presupuesto de 697.000 euros, ya pasó el examen más duro coincidiendo con la llegada de la Vuelta Ciclista a Asturias al municipio. Entonces el tráfico ya se reguló directamente desde el centro, que está dotado con tres ordenadores, más la red de cámaras y cables. A partir de ahora, al frente del servicio estarán dos agentes en horario diurno y dos en horario vespertino, más uno por las noches, cuando disminuye el tráfico rodado.

«Con el centro se acabará el enviar a los policías a cada semáforo para regularlos manualmente en caso de saturación de una vía y tendremos más tiempo para atender a los ciudadanos porque nos preocuparemos menos del tráfico», afirmó Calzón, quien destacó que los puntos más conflictivos para los conductores en Avilés están en las travesías, especialmente, en la plaza de los Oficios.

«Nuestra intención no es poner multas, es mejorar la seguridad vial y el confort del tráfico, reducir los tiempos de viaje en red urbana, aumentar la calidad medioambiental y agilizar la toma de decisiones desde el centro», recalcó el concejal de Tráfico, Luis Ramón Fernández Huerga, quien asistió a la inauguración del centro de control junto a la alcaldesa de Avilés y otras autoridades.