Saúl FERNÁNDEZ

Lo importante, pese al barón del Coubertein, no es sólo participar. Lo importante es ganar y cumpliendo este precepto el cortometraje que Alauda Ruiz -«Lo importante», precisamente- presentó al Certamen nacional de Avilés se llevó el primer premio del jurado, su reconocimiento y los 2.100 euros con los que está dotado.

La clausura de la sétima edición del festival avilesino, que introdujo la popular humorista avilesina «La Vikinga», sirvió para conocer el palmarés al completo y para disfrutar del estreno de «Quid pro quo», la película que se hizo con el premio al mejor proyecto presentado en el premio para jóvenes realizadores.

«Lo importante» fue el primero de los cortos. Después vino «Salvador», de Abdelatif Hwidar, que se llevó los 1.200 euros que certifican que esta producción es la subcampeona. Y, además, el público que asistió a la maratón de proyecciones de películas se decidió por «Diente por ojo», de Eivind Holmbol. Tres premios para seis finalistas.

La jornada de clausura, que contó con la presencia de Pilar Varela, alcaldesa de Avilés -que estuvo acompañada por los concejales Paula Bartolomé y Román Antonio Álvarez-, se completó con los premios a las mejores producciones asturianas que se fueron para «La reconversión de las gaviotas», de Alberto Rodríguez -premio del jurado y 750 euros-, y «Chalaneru» -premio del público y también 750 euros.

El auditorio de la Casa de Cultura acogió también ayer el estreno de la película que Manuel Burque y Francisco Rubén Araújo rodaron hace unas pocas semanas por multitud de localizaciones avilesinas. En «Quid pro quo» se hizo evidente, así, el motivo por el que nació el concurso que el Ayuntamiento de Avilés promueve: transformar la ciudad en un plató de cine. El nuevo filme, que protagonizan Luis Callejo y Natalia Mateo parte de un incidente luctuoso en una noche de fiesta, en las horas de la recogida.

«Quid pro quo» contó con el favor de una parte de los espectadores que asistieron a la premier de esta nueva producción que empieza en Avilés su carrera por los festivales, la única salida para evidente para los cortometrajes, un género que vivió momentos de ebullición, que sirvió de plataforma de lanzamiento para nuevos realizadores.

Avilés, por cuatro días, fue de cine... de corto recorrido. Siete años de certamen. Suma y sigue.