Saúl FERNÁNDEZ

Para estrenar, el escenario privilegiado es el avilesino. El primer ciclo de la temporada de este año 2008 se despidió con tres debuts, un número inédito, un resultado que se llevó todos los aplausos. Este viernes pasado cayó el telón del invierno y la primavera locales, y lo hizo con un juego de historia y realidad que interpretaron soberbiamente Ana Labordeta y Manu Callau y que contó con la seguridad de Federico Luppi, el guía del Hermitage, el museo más grande del planeta.

Sin embargo, para llegar a esta guinda de la escena, que despide en tres o cuatro semanas su recorrido y su gira -Luppi anuncia nueva película, en México, con Diego Luna-, hubo siete funciones más: que si Nietzsche, que si policía de misterio y tiempo real, que si audacias más allá del mundo presente.

«Demasiado humano», de Jaime Romo, repartió las primeras cartas, en aquel lejano enero a mitad de camino entre la Navidad y el Antroxu. Se trataba de una recreación de los últimos días del filósofo que se inventó el nihilismo, el anarquismo y hasta el nacionalsocialismo. Todo en uno, bajo la dirección de Mikel Gómez de Segura.

«Carnaval» adelantó el Carnaval de la comarca, un «thriller» en tiempo real sobre un secuestro de un niño, sobre su muerte en directo, sobre el mundo cibernético, con un reparto en el que destacó Violeta Pérez. Fue la tercera colaboración mutua de la directora de escena Tanzim Townsend y uno de los dramaturgos más sobresalientes del momento: Jordi Galcerán. Los dos estrenaron en Avilés, hace tres o cuatro años, «El método Grönholm», la primera ocasión de la hispano-británica en el Palacio Valdés. Luego vinieron unos cuantos más: «Gorda!!!» y «Dónde pongo la cabeza» fueron estrenos absolutos. Townsend, en esta ocasión, no pudo cumplir su tradición: el día del debut avilesino es un día de playa. Y es que enero no está para tiempos de sol.

La sala Cuarta Pared -la del teatro alternativo más destacada de España, dejando aparte la Laboral- se trajo a Avilés la bondadosa, aburrida y bienintencionada «Rebeldías posibles», el último día de febrero de este año bisiesto.

Quince días después, el Palacio Valdés abrió sus puertas a «Gatas», un juego, una ucronía, una reivindicación de no sé sabía qué, con Rosario Pardo y Silvia Abascal como protagonistas mayores. Una locura en la que no pasaba el tiempo y los responsables de la función querían convencer a los espectadores de que así son las cosas y así se habían contado, incluida una Semana Trágica madrileña y no barcelonesa.

El segundo estreno nacional fue «Valeria y los pájaros», de Sanchis Sinisterra, un «solo play» -monólogo de un actor y muchos personajes- que interpretó dejándose la piel la televisiva Esperanza Pedreño. Esto sucedió el pasado 29 de marzo.

El 8 de abril Marisa Paredes regresó a la escena con «Sonata de Otoño», el tercero de los estrenos nacionales de la temporada, una obra llamada a los más altos vuelos. Junto a Marisa Paredes estaban Nuria Gallardo, Chema Muñoz y, sobre todo, una extraordinaria Pilar Gil.

Antes de «El guía del Hermitage» vino «La sospecha», un guión antiguo, palabrero, aunque con el aquél del asunto turbio como telón de fondo. Se trató de una obra decepcionante donde ni funcionaba la sospecha, ni sus actores ni nada, una mácula programada a la espera de este agosto.

«Carnaval»

Tras el éxito de «El método Grönholm», de Galcerán y Townsend, tocó el turno a esta obra, un triunfo de temporada.

«Sonata de Otoño»

En primavera Avilés disfrutó de una de las tragedias más graves, el regreso a la escena de Marisa Paredes. Teatro en el Palacio Valdés

«Valeria y los pájaros»

Esperanza Pedreño y José Sanchis Sinisterra estrenaron en Avilés este «solo play» sobrenatural.

«Gatas»

Rosario Pardo y Silvia Abascal, entre otras, pasaron por el Palacio Valdés con esta comedia de fría acogida.