Piedras Blancas, S. F.

El santo más agrario labró ayer los últimos surcos de la fiesta del campo de Castrillón con un homenaje a Manuel Suárez Fernández y María Aurora Arias Hevia, los güelos del concejo. Mediada la tarde, la alcaldesa de Castrillón, Ángela Vallina, entregó una placa a los dos vecinos homenajeados, de Piedras Blancas y Vegarrozadas, los dos casi centenarios.

Pero la mañana de la última jornada ferial se abrió, sin embargo, con una misa en el templo de Piedras Blancas. La cantante de tonada Mariluz Cristóbal Caunedo fue la banda sonora de la eucaristía matinal. A la gaita estuvo Llorián Fernández.

Al finalizar el oficio religioso, las calles de Piedras Blancas fueron el escenario de un desfile de carrozas y de xarrés que pudieron contemplar los vecinos de las calles más céntricas, Rey Pelayo, Eysines, José Fernandín y Ramiro I. La cabalgata concluyó en el recinto ferial, junto al polideportivo de la capital del concejo, que fue escenario del grupo de baile regional del Patronato Municipal de Cultura.

El recinto de Piedras Blancas volvió a ser de nuevo un mercado de oficios tradicionales asturianos: telares, ferreru, paxeru, madreñeru, goxero... Los visitantes al recinto ferial contemplaron, como en otros días, muestras ganaderas de asturianas de los valles, de casinas o de vacas culonas.

La comida de prau, que también tuvo como escenario el recinto ferial, estuvo amenizada por un espectáculo de pompas de jabón a cargo de «Pomper. es».

A media tarde, la celebración se subió de nuevo a la grupa de los asturcones, antes de la muestra de baile tradicional, que corrió a cargo de la asociación avilesina «Escontra'l Raigañu». Para la noche quedaba anunciada la actuación de la orquesta «Ledicia Espectáculos».