Amaya P. GIÓN

El reciente anuncio de la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, sobre la construcción y puesta en marcha en Avilés de una escuela de empresarias y emprendedoras ha despertado cierto recelo entre el sector al que va dirigido el centro. Aunque, por el momento, apenas ha trascendido el contenido del proyecto, empresarias avilesinas aplauden toda iniciativa que sirva de apoyo al colectivo emprendedor, si bien desconfían de la exclusividad femenina de la escuela y del enfoque que se vaya a dar al proyecto. La igualdad en el ámbito empresarial, según la mayoría, no pasa por un centro exclusivo para mujeres.

El objetivo del plan, según declaró Aído en la visita que realizó a Asturias el pasado día 3, es impulsar la creación de empresas por parte de mujeres mediante la aplicación de instrumentos de apoyo y ayuda en itinerarios informativos, así como de implantación real en los espacios industriales y empresariales en los que se ubiquen las nuevas empresas. Las emprendedoras consultadas consideran, en cambio, que la cultura emprendedora está más que arraigada entre las mujeres y lo que verdaderamente precisan (e incluyen a los hombres) es asesoramiento para alcanzar la consolidación de sus negocios, visión que es compartida por emprendedoras de las de antes y las de ahora.

«Aunque parezca que poner en marcha una empresa es algo muy difícil, lo realmente complicado es mantenerla a flote, que sea rentable y crezca. En este sentido, el acento debe estar más en el apoyo y la generación de recursos una vez constituida la empresa que en la fase previa», apuntó María Luisa de Miguel, gerente de Council Consultores (consultoría que puso en marcha en 1995, cuando tenía 23 años) y miembro de la Asociación Empresa Mujer de Asturias.

Marta González, avilesina de 31 años, gestiona desde La Curtidora Lazarilla Comunicación Visual, su propio negocio de rotulación a domicilio. «Llevo dos años como autónoma y resultó sencillo poner en marcha la empresa. Sé hacer mi trabajo, como el resto de emprendedores. Los verdaderos problemas surgen a la hora de gestionar el negocio. Lo que necesitamos es asesoramiento e información sobre aspectos fiscales, de marketing o comerciales; en suma, ayudas a la consolidación», apuntó.

«Como mujer no he encontrado trabas para montar mi negocio, lo complicado es sobrevivir, como la mayoría de los emprendedores», opinó Paula Rivero, que dirige desde hace siete años la consultoría acústica y medioambiental Acusmed. «¿Otro centro para la puesta en marcha de empresas para qué? Lo importante es conseguir la continuidad de las empresas que echan a andar», añadió tras apuntar que la distinción por sexos sería un error. «Vivimos en una sociedad mixta. Más que hacer un centro exclusivo para mujeres debería ser mixto e ir enfocado a la conciliación, con ayudas reales. Por ejemplo, el centro podría tener una guardería sufragada por la Administración», opinó.

Para Elsa Gago, que fundó en diciembre de 2006 en La Curtidora Quantobit (firma informática, de consultoría, diseño y desarrollo de software a medida), «una escuela de emprendedores mixta sería el foro más idóneo para concienciar a los futuros empresarios de la importancia de fomentar la igualdad entre sus trabajadores, facilitar la conciliación y favorecer el ejercicio de los derechos derivados de la maternidad y la paternidad». Para esta emprendedora, la futura escuela, además, «debería poner a disposición de los emprendedores todos los medios y recursos para hacer una valoración lo más realista posible de su proyecto, así como de su futura gestión».

Para María Luisa de Miguel, «el primer error es pensar que a ser empresario o empresaria se enseña, cuando es algo que se aprende, y se aprende haciendo». Así, según la llanisca, con negocio en Avilés, esa escuela «no puede concebirse sin la intervención de las empresarias que ya cuentan con experiencia». Además, opinó, «debe huir del aprendizaje en el aula y primar la transferencia de experiencias», y partir como «un órgano coordinador, dinamizador y facilitador de recursos, herramientas y oportunidades». Y añadió: «Ese espacio nunca debería convertirse en una especie de gueto, porque el mundo y la empresa están compuestos tanto de hombres como de mujeres. Es imprescindible que en las actividades y encuentros que organicen en el centro participen ambos», concluyó.

Para Paula Bartolomé, impulsora de La Azagaya (firma de servicios arqueológicos y culturales) y concejala de la Mujer de Avilés, «el plan de la escuela es estupendo por necesario». «Las mujeres son cada vez más emprendedoras y hace falta formación específica para poner en marcha sus proyectos», señaló tras apuntar que la futura escuela «no será un centro de empresas al uso».

Para Bartolomé, «las mujeres, por el simple hecho de serlo, se encuentran con dificultades añadidas». «Con una óptima formación y teniendo conocimiento de cómo desarrollar su proyecto empresarial, les resultará más sencillo dar el paso de emprender un negocio», añadió. La conciliación y la corresponsabilidad social constituyen otros de los pilares básicos fundamentales en el ámbito empresarial de hoy y de mañana.

«Una escuela mixta sería el foro más idóneo para concienciar de la igualdad»

<Elsa Gago >

Fundadora de Quantobit

«El acento debe estar en el apoyo una vez constituida la empresa»

<María Luisa de Miguel >

Gerente de Council Consultores

«Hace falta formación específica para poner en marcha sus negocios»

<Paula Bartolomé >

Concejala de la Mujer