Xagó, Saúl FERNÁNDEZ /

Illán GARCÍA

Ramón Sánchez Barrocal falleció ayer por la tarde tras sufrir un accidente de parapente en las inmediaciones de la playa de Xagó. El deportista, de cincuenta y ocho años, vecino de Tudela Veguín, en el concejo de Oviedo, practicaba el vuelo tras despegar en la explanada de El Otero que se asoma a la playa gozoniega. Según las primeras investigaciones, «una corriente de aire imprevista le llevó directamente contra un cable y, de ahí, al suelo», causándole un traumatismo en la cabeza y una parada cardiorrespiratoria. Los servicios médicos, tras media hora de maniobras de reanimación infructuosas, no pudieron hacer otra cosa por el deportista que certificar su defunción.

Los médicos llegaron a El Otero pasadas las cuatro y media de la tarde, tras recibir el 112 la llamada de un vecino que alertó del suceso. A la zona se desplazaron el grupo de rescate de Bomberos de Asturias, a bordo de un helicóptero medicalizado, y el equipo de la uvi móvil de Avilés. En la zona también se personaron agentes de la Policía Local del concejo de Gozón y una dotación de la Guardia Civil, que se hizo cargo de las investigaciones.

Iván Sánchez, hijo del deportista accidentado, llegó a la zona en que su padre había perdido la vida minutos antes de que la funeraria se hiciera cargo de sus restos mortales. Compungido y emocionado, explicó a este periódico que su padre se había aficionado al parapente «hacía pocos meses». Iván Sánchez confirmó, del mismo modo, que su padre «estaba aprendiendo a dirigir» el parapente. De hecho, llevaba «algo más de un mes volando en grupo», indicó el hijo.

El deportista, natural del concejo de Langreo, aunque muy conocido en Tudela Veguín -su apodo es «Pichi»-, era pensionista. En la mañana de ayer, según testigos presenciales, Ramón Sánchez Barrocal había estado practicando su deporte favorito «sin ningún problema». La salida de la tarde fue la última de las que pudo hacer. Los restos mortales del langreano Ramón Sánchez Barrocal fueron trasladados al cementerio de La Carriona, en Avilés, donde está previsto que hoy se le practique una autopsia que permita esclarecer las causas del deceso que ayer conmocionó a la parroquia gozoniega.

El accidente de Ramón Sánchez Barrocal se suma a otro de características similares ocurrido en el último mes: la muerte del músico avilesino Pelayo Arrojo -del grupo «Lágrimas de María» y de la banda de gaitas «Villa de Avilés»-, al estrellarse con su parapente en el Picu'l Sol, en el concejo de Gijón.

El fallecimiento de Arrojo se produjo cuando trataba de tomar tierra y una racha inesperada de viento le plegó el ala del parapente y lo desestabilizó. El paracaídas de emergencia, según testigos, no pudo abrirse correctamente, y Arrojo terminó en la ladera del pico en el que los parapentistas acostumbran a hacer los despegues en Gijón. Pelayo Arrojo era hijo del conocido abogado avilesino José Luis Arrojo.

Se da la circunstancia de que el homenaje al último fallecido se realizó en el lugar del dramático accidente de ayer. Un parapentista se lanzó desde la explanada de El Otero con las cenizas del músico avilesino y las arrojó al viento. La zona es uno de los puntos que habitualmente los parapentistas utilizan para despegar y sobrevolar la playa de Xagó.