E. C.

Las que no están muy contentas con el emplazamiento de Las Meanas son algunas de las vendedoras que acuden los lunes con los excedentes de sus productos de la huerta. Y esto es porque no tienen ningún tipo de protección frente a las inclemencias meteorológicas, pasan frío y si llueve se les arruina el negocio. «Es igual reclamar que no», protesta de mal humor una vendedora que prefiere mantener su anonimato, y sus palabras provocan el asentimiento de una compradora. En efecto, tienen que colocar sus productos como pueden en el paseo central del parque de Las Meanas, con sombrillas y cajas como únicos elementos de «mobiliario».

Además, estas vendedoras critican que no tienen ninguna facilidad para descargar las mercancías de los vehículos: «Enseguida te multan». En Hermanos Orbón las inclemencias meteorológicas no eran un problema, ya que los puestos con los productos agrarios se instalaban debajo de los soportales perimetrales, y también en los pasillos centrales del espacio cubierto.