Teresa CEMBRANOS

La rula de Avilés batió ayer todas las mejores marcas en la venta de bonito con la subasta de casi 90.000 kilos de esta especie descargados por seis barcos vascos y asturianos. «Nadie recordaba algo así. Lo máximo que se llegó a rular de bonito fueron 60.000 kilos y eso fue ya hace muchos años. Hoy (por ayer) hubo bonito por todos los lados», explicó ayer Ramón Álvarez, gerente de la sociedad Nueva Rula de Avilés.

El ritmo de venta, además, fue «muy rápido y ágil». Y es que en poco menos de una hora se comercializaron todos los lotes de túnidos a precios que oscilaron, según calidades y tamaños, entre los 2,5 euros y los 5 euros, muy alejados ya de los 41 euros por kilo que se pagaron por los primeros kilos de bonito en la subasta celebrada a principios del mes de junio. «Se vendió todo y, si hubiera habido más, también se habría vendido», aseguró un trabajador de la nueva lonja avilesina.

La llegada de los seis barcos con los casi 90.000 kilos fue recibida con los brazos abiertos por los comercializadores que compran en la rula de Avilés, ya que en semanas pasadas habían visto cómo el bonito había llegado a «cuentagotas». En las primeras tres semanas de la temporada apenas se subastaron, en total, unos 80.000 kilos.

Por vez primera en la presente campaña, además, entraron a pujar por los túnidos los responsables de las conserveras gracias al alto volumen de capturas. Tanto mayoristas como minoristas y el gerente de la rula esperan que ese ritmo de kilos, o ligeramente inferior, se mantenga, ya que la costera del bonito del Cantábrico es una de las principales del verano.

Según explicó Álvarez, la llegada de tantos barcos en un solo día se debe a que los pescadores están ya buscando los cardúmenes en zonas más próximas a la costa.

Otra de las principales campañas veraniegas es la de la sardina, que continúa siendo escasa, según las fuentes consultadas. No obstante, los pescadores están paliando esa merma con los altos precios que están consiguiendo durante las subastas.

A este respecto, la nueva lonja avilesina ha constatado cómo no sólo están vendiendo sardina barcos asturianos, sino que también otras embarcaciones con base en puertos cántabros se están acercando a Avilés para comercializar sus capturas, buscando una mejor rentabilidad.