Myriam MANCISIDOR

«Cuando se produce un accidente de tráfico todo el mundo busca responsables, no causas», sentencia Juan Manuel González-Carbajal, profesor de Derecho Administrativo de la Universidad de Oviedo y presidente de la Asociación de Investigación de Accidentes de Tráfico en Asturias que dirige estos días un curso universitario que lleva por título «Tráfico y circulación: derecho y práctica». Carbajal es crítico con el sistema y denuncia sin pelos en la lengua el mal uso de los radares, la «ineficacia» del carné por puntos o la necesidad de concentrar todas las competencias de tráfico en un único Ministerio. El objetivo del seminario que ofrece en Avilés es concienciar a los alumnos de que la conducción siempre debe ir pareja a la precaución. En las siguientes líneas analiza los «flecos» de la normativa de Tráfico, así como distintos factores que influyen en la seguridad vial.

l Administración. A juicio de González-Carbajal, uno de los «gravísimos problemas» que hay en materia de seguridad vial es la dispersión de competencias. «Lo que hay que hacer es dejar de tener Transporte y Carreteras en Fomento, Tráfico en Interior, Homologaciones en Industria, Seguros en Hacienda... Deberíamos dejar de tener diecisiete comunidades autónomas y más de ocho mil municipios tomando decisiones. Es necesario concentrar todos los asuntos que conciernen al tráfico y la seguridad vial en un único ministerio», argumenta, y añade: «Se debe crear de una vez la Agencia Estatal de Seguridad Vial».

l Nuevo régimen sancionador. Actualmente está pendiente de aprobación por parte del Senado. González-Carbajal estima que entrará en vigor dentro de seis meses. «Este reglamento deroga de una vez por todos los once artículos que quedaban del Código de Circulación. Centra su atención principalmente en el régimen sancionador: ahora se fijan multas concretas según sean las faltas (leves, graves o muy graves), los descuentos por pronto pago pasan del treinta al cincuenta por ciento...», explica.

l Urbanismo. La construcción de nuevas viviendas también tiene relación con la seguridad vial pese a que, según González-Carbajal, esta unión «siempre se olvida». «Cuando se traza una nueva urbanización no se tiene en cuenta la seguridad vial. Se construyen edificios y, luego, la deambulación natural es otra a la dibujada en los planos. Un ejemplo es la entrada del Calatrava, una de las mayores aberraciones que se han hecho desde el punto de vista de seguridad vial. Aquí un día va a pasar algo grave y luego todos lo lamentaremos», afirma el profesor de la Universidad de Oviedo.

l Radares y etilómetros. «No nos engañemos: los radares miden la velocidad excesiva y los accidentes se producen por velocidad inadecuada. Si partimos de esta base los radares sirven para lo que sirven», destaca González-Carbajal, quien asegura que en el proyecto de modificación de la ley se van a rebajar los límites de velocidad máximos permitidos. En autopista, precisa, conducir a 121 kilómetros por hora ya será sancionable. Actualmente la cifra está en 132. En cuanto a los etilómetros, el profesor recalca: «Los aparatos portátiles son ilegales y como la mayoría de los conductores ignoran las normas, pasan por el aro. Está muy bien que se evite la conducción tras la ingesta de alcohol, pero me entristece que la propia Administración utilice aparatos que no están debidamente autorizados. Parece que en esto del tráfico el respecto a la ley por parte de las administraciones públicas no es precisamente ejemplar».

l Carné por puntos. Según González-Carbajal, la «ineficacia» del carné por puntos se detecta en la cifra de accidentes. «Ha disminuido el número de muertos porque entre la modificación del Código Penal y el aumento de las sanciones en materia de tráfico se ha reducido la velocidad media pero, ¿han disminuido los accidentes? La respuesta es no», asegura el profesor. Y añade: «El carné por puntos no tiene ninguna justificación. Nadie ha investigado las causas de los accidentes y el 26 por ciento se producen por distracciones al volante».