Rubén SAMANIEGO

«Esta obra es una vergüenza», sentenció Elena Velasco, propietaria de un quiosco en la avenida de Portugal, en alusión a las obras de mejora que desde el pasado abril se están realizando en esta calle donde abundan los comercios. Velasco cree que la remodelación de la avenida se está alargando más de lo previsto. «En los últimos cuatro meses ha predominado la falta de organización: todo era un descontrol», añadió, indignada, la empresaria. Y es que las obras han repercutido en las cajas registradoras. Los comerciantes calculan que han perdido entre un 30 y un 50 por ciento de ventas. «Este dinero nadie nos lo devuelve», recalcó Velasco.

Los comerciantes de la avenida de Portugal se mostraron quejosos con el Ayuntamiento de Avilés por no informarles sobre el avance de las obras de mejora de la calle. «No han contado con nosotros para nada, pero, luego, vendrán a inaugurarlo», criticó Velasco. Otro de los comerciantes, Juan Ramón Ruiz, coincidió con sus colegas de avenida. «Las obras casi no han mejorado en nada la calle. En el segundo tramo no hay ningún paso de peatones y han dejado un hueco para los contenedores enfrente de la entrada al edificio que albergará la Escuela de Cerámica. Esto es inexplicable», denunció el empresario, que tuvo que cerrar su negocio durante tres días debido a las obras.

Los comerciantes criticaron también la pasividad de la Unión de Comerciantes de Avilés y Comarca (UCAYC). El presidente de la entidad, Daniel Quirós, aseguró al respecto que no ha recibido ninguna queja. «Nosotros mediamos con el Ayuntamiento en cuanto recibimos cualquier tipo de queja», manifestó. Y subrayó: «Las reuniones se suelen tramitar a petición de los empresarios afectados».

Las obras que actualmente se están ejecutando en la avenida de Portugal no disgustan de igual manera a todos los empresarios. Agosto es el mes por excelencia para realizar obras en la mayoría de las ciudades. Silvia Ramos, propietaria de una farmacia, manifestó: «La calle está quedando muy bien y bien está lo que bien termina».